Sucesos

'El Canario' de La Ardila, el rey de las estafas por internet vivía en San Fernando

La Policía Nacional acaba con el 'negocio' de Antonio G., un supuesto albañil de 30 años, que en realidad se dedicaba a engañar a decenas de personas vendiendo por páginas webs perros y artículos de electrónica que nunca entregaba

Llegó a presumir en un programa de televisión de que con sus mentiras ganaba 3.000 euros al día

M. A.

En los papeles Antonio G., alias 'El Canario', decía que era albañil. Incluso estaba dado como alta de autónomo en una supuesta empresa de construcción que, curiosamente, no había registrado ninguna actividad. Sin embargo, al parecer, su bolsillo lo llenaba y de manera bastante generosa de otra manera: estafando por internet a las decenas de incautos que caían en sus redes y querían comprarle perros o artículos de electrónica y telefonía que realmente tampoco existían. Para ello usaba webs de sobra conocidas como Wallapop o Mil Anuncios. La víctima se encaprichaba de alguna de sus ofertas y ahí comenzaba el engaño. El 'modus operandi' habitual.

Hasta que el Grupo de Delitos Tecnológicos de la Comisaría de la Policía Nacional de San Fernando se pusieron manos a la obra y fueron a por él. Lo hicieron durante meses, casi un año, recabando todas las pruebas posibles ante la decena de denuncias que les estaban llegando de consumidores que habían sido estafados. Al menos un centenar de ellas aunque no se descarta que haya habido muchos más afectados . Y así fueron comprobando que todas estas mentiras se dirigían hacia esta misma persona o, en algunos casos, hacia alguno de los miembros de la organización que le ayudaban y él dirigía.

Y parece también que Antonio no se ocultaba. O al menos no tenía reparos en presumir de sus artes presuntamente delictivas. Así llegó a dar una entrevista en un canal de televisión en el que se enorgullecía de ser bueno en lo suyo y de ganarse así la vida. «En un mes me he gastado 20.000 euros» , exponía con descaro este canario de nacimiento (de ahí su apodo) asentado y criado en el barrio de la Ardila de San Fernando. Decía que era capaz de ganar tres mil euros al día.

¿Y cómo lo hacía? Pues, según la investigación y amparándose en el anonimato que da la Red, empleaban un método bastante común en estas estafas pero no por ello menos 'productivas'. Ponían anuncios copiados de otros en distintas webs de compraventa simulando vender perros u objetos de tecnología inexistentes a un precio inferior a lo normal. Por ejemplo cachorros de podenamia o michón maltés, a precios muy por debajo de su valor en el mercado legal, por 300, 400 euros. O móviles o thermomix, «o todo lo que se vendía y se les ocurriera», cuenta uno de los agentes que ha llevado esta investigación.

Además en estos anuncios para contactar con las víctimas se hacían pasar por otras personas, llegando incluso a mostrar al comprador un DNI. No era el suyo, claro. Era el de otra persona, muchas veces el de las propias víctimas de anteriores engaños.

Del mismo modo, usaban teléfonos de contactos a nombre de terceras personas. Y así pedían a los estafados que el pago del producto lo realizaran aportando un código previamente dado por su entidad bancaria, mediante el cual, el grupo criminal, podía retirar el dinero del cajero sin ser cliente, ni usar tarjetas de crédito, o bien mediante transferencia a cuentas bancarias de terceros, ocultando su rastro.

Además, para poder ejecutar el plan se valían de «muleros», personas que prestan sus servicios para abrir cuentas bancarias, dar de altas móviles o sacar el dinero de las víctimas en efectivo móvil en un cajero (extracción de dinero mediante código) a cambio de un porcentaje de dinero de la organización criminal.

Y así se estima que pudieron estar años (en el mismo programa el ahora detenido afirma que tres o cuatro), y por el camino iban dejando a sus víctimas, más de un centenar y miles de euros de 'caja'.

Pero 'El Canario' no actuaba solo. Necesitaba para su fin a sus personas de confianza. Entre ellas, su 'mano derecha', D. G., un hombre de 50 años, o un ciudadano chino que regenta un bazar en Chiclana y les conseguía tarjetas de teléfono prepago. Esta persona, según los investigadores, se convirtió en el principal miembro del aparato logístico de la organización. O su propia madre, detenida también en esta operación por supuestamente ayudarle a blanquear los beneficios que obtenían, guardando joyas, dinero, entre otras cosas.

Armado con un cuchillo

Tras meses de pesquisas en la bautizada como 'operación Robin Hood' y con todas las pruebas en su haber, los agentes fueron a por el principal sospechoso. Según ha podido saber este periódico fue detenido hace unas dos semanas en Chiclana. Al parecer y, sintiendo ya la presión policial, se había escondido en esta localidad para pasar algo más desapercibido. Sin embargo, los miembros del Grupo de Delitos Tecnológicos dieron con él.

Se realizaron dos registros de manera simultánea . Y en el del domicilio de Chiclana, y según las mismas fuentes, Antonio les recibió armado con un cuchillo con el que llegó a arremeter contra los policías. Aún así lograron neutralizarlo. En el registro de esta casa hallaron gran cantidad de terminales móviles que eran usados para estafar, así como de tarjetas prepago con la misma finalidad. Del mismo modo, se encontró un arma simulada, sustancias estupefacientes, así como numerosos efectos tecnológicos de valor, los cuáles fueron intervenidos por los investigadores al objeto de demostrar su procedencia ilícita. En las proximidades de este domicilio, se pudo localizar y detener al hombre de confianza del líder.

En el registro de San Fernando fueron localizados también numerosos móviles, así como tarjetas de telefonía, algunas de ellas aún empaquetadas y sin abrir, puesto que eran adquiridas en grandes cantidades. Pero sobre todo esto, los agentes encontraron joyas de varios miles de euros.

Tras la finalización de los registros y la detención de las piezas claves de la banda, los policías siguieron poniendo rostro al resto del grupo. En total diez detenidos que están investigados por los delitos de estafa, pertenencia a organización criminal, falsedad documental y blanqueo de capitales.

Y de esta manera, Antonio, de 30 años y amante de los viajes, los buenos hoteles, la ropa de marca y las motos de agua y el resto de esta presunta red de estafadores fueron llevados ante el Juzgado de Instrucción número dos de San Fernando, que ha decretado el ingreso en prisión tanto del líder de la organización, como de su hombre de confianza.

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