AGRICULTURA
El campo gaditano se muere de sed
Los pantanos de la provincia están al 40% de su capacidad, diez puntos menos que hace un año y 20 menos que la media de los últimos 10 años

El campo gaditano no puede más. La falta de precipitaciones está siendo un drama para los agricultores y, muy especialmente, para los ganaderos de la provincia, que libran una batalla contra los elementos para salvar sus cultivos y sus animales . A la subida de los costes se une el agotamiento de recursos y el encontronazo con una administración que aún no ha decretado el estado de alerta por sequía. Y las perspectivas no son halagüeñas...
Para poner las cosas un poco en contexto hay que señalar que en Cádiz no llueve . «Han caído algunas gotas esporádicas pero, lo que es llover de verdad, no lo ha hecho desde el 11 de mayo , así que el suelo está completamente seco», se lamenta Pedro Gallardo , presidente de Asaja . Una imagen de cómo es la situación se tiene en los pantanos.
En el conjunto de la provincia de Cádiz hay embalsados 738 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone el 40,53% de la capacidad. Hace tan sólo un año las reservas estaban al 51.46% . En la última década , en esta semana de octubre, la media de agua embalsada era de 1.080 hectómetros cúbicos, lo que representaba el 59.31% , cerca de 20 puntos por encima de la situación actual.
La mayor parte del campo gaditano está conformado por cultivos de regadío , por lo que la situación de emergencia ha tardado más en llegar que al resto de España. Pero los que sí padecieron esta sequía desde el primer momento fueron los ganaderos «que llevan meses teniendo que emplear complementos como piensos porque no hay pastos para los animales». Una situación que está siendo especialmente grave con la cabaña bovina del Campo de Gibraltar y de La Janda . Muchos están al límite y, lo peor, «es que no hay pronóstico de lluvia hasta, por lo menos, finales de octubre».
La situación ha llegado al punto de afectar incluso al uso de los pozos . «Los agricultores temen que puedan terminar secándose por su empleo durante tantas semanas», aporta Gallardo, que añade que en el caso de la Costa Noroeste «la cercanía del mar hace temer que, incluso, puedan terminar salándose».
Por cultivos , los más afectados están siendo los del aguacate y los cítricos (que precisan más agua por las altas temperaturas), los cereales (a nivel nacional la pérdida es del 50%, aunque en el caso de la provincia se estima en un 30%) y el olivo (donde se espera una caída de la producción del 20%). Incluso el algodón se está viendo perjudicado por la falta de lluvias.
La situación puede tener además repercusiones futuras , porque muchos agricultores están retrasando la siembra por las malas condiciones de la tierra, seca y dura «hasta el punto de que a muchos se les rompen los aperos cuando tratan de trabajarla», lamenta Gallardo, que se queja de que « aún no se haya decretado la situación de sequía porque hay pastos en España que no la padecen, cuando aquí estamos al límite».