Planes con niños
En busca del camaleón perdido
El Jardín Botánico de San Fernando ofrece visitas para observar de noche a esta especie de lagarto que era tan habitual en los pinares de la provincia
Hay 160 especies de camaleones miembros del orden Squamata, del suborden Lacertilia, del infraorden Iguania y de la familia Chamaeleonidae.
Son conocidos por sus cambios de color , que incluyen una variada gama de pigmentos, que posibilitan que se escabullan de peligros y pasen desapercibidos entre la naturaleza . Así es como se presentan en las enciclopedias, pero hace años era tremendamente fácil toparse con ellos en los pinares de la zona de Chiclana y La Janda . En la conciencia de la población estaba dejarlos crecer en lo que era su hábitat natural, pero el tiempo, los cambios climáticos, el urbanismo ha provocado que esta especie se convierta en un animal emblemático con problemas de conservación . Juan Manuel Ortiz es biólogo y se encarga de impartir charlas de educación ambiental mientras se participa en la « Observación nocturna de camaleones» . La cita es en el Jardín Botánico de San Fernando, y dura un par de horas. Para participar sólo hay que llevarse una linterna y repelente antimosquitos, así como la mascarilla a la que ha obligado la crisis del coronavirus.
«El objetivo es que la gente aprenda sobre este animal y lo haga de manera divertida y peculiar». A estas citas, que suelen ser los martes y algunos jueves de agosto, acude un público muy familiar donde los niños son los principales protagonistas de la velada. Ortiz, que lleva varios años haciéndose cargo de las charlas, ofrece algunas cuestiones importantes para colaborar con la conservación, así como curiosidades varias sobre su anatomía . Por ejemplo, tienen p atas con 5 dedos, 3 hacia afuera y 2 hacia adentro ; sus dedos adyacentes están fusionados, por lo que cuentan con almohadillas oponibles y garras en cada dedo. Posee unos ojos que pueden moverse independientemente uno de otro, y como resultado, los camaleones tienen una visión de 360 °.
Además, las especies arbóreas tienen colas prensiles , que hacen función «como si fuera una quinta pata del camaleón», explica Juan Manuel Ortiz. . Destaca la lengua extensible del animal , cubierta con una sustancia pegajosa y que esconde en su papada.
También se habla de los periodos de puesta de huevos . Las crías tardan un año en aparecer, pero suelen hacerlo a finales del mes de agosto, añade el educador ambiental. Tras una primera información, los asistentes a esta observación nocturna participan en el trabajo de campo: llega el momento de buscar los camaleones entre las plantas, ayudados por las linternas . Cuando se encuentra es el monitor quien los manipula y mantiene al animal en las mejores condiciones de seguridad . Los pequeños ayudan a medirlos, se les pesa y se mira si son macho o hembra. Una especie de trabajo similar al que realizan los científicos encargados de sacar los datos poblacionales. Son momentos para hacerse una foto y que el recuerdo guardado para siempre.
El circuito por Jardín Botánico está marcado para seguir con las instrucciones y medidas necesarias que se han impuesto tras la detección del Covid-19 . Los más pequeños disfrutan de lo lindo con las linternas frontales y con el aliciente de buscar en alguna de las plantas el ansiado camaleón. Juan Manuel Ortiz explica que años anteriores se han contabilizado hasta 15 ó 20 ejemplares nuevos tras la puesta de huevos de la temporada anterior, aunque sí es cierto que es complicada su reproducción en la zona porque se trata de un jardín cien por cien urbano, donde hay condicionantes que no favorecen como son la aparición de gatos, roedores o el calor excesivo.
Cualquiera que esté interesado en realizar la visita puede pedir cita Jardín Botánico de San Fernando, reservando su plaza en www.cvbahiacadiz.com. Las próximas visitas serán todos los martes y los jueves 6,13 y 20 de agosto.
Entre las instrucciones que ofrece el guía de la visita está la forma de actuar en el momento en el que uno se encuentra con algún camaleón en su camino . «Lo primero que hay que hacer es ver de dónde viene, si es de una zona muy urbanizada o es de una zona cercana a un entorno natural». Si apenas hay edificaciones y prevalece la naturaleza, lo lógico es dejar al ejemplar en su hábitat natural , pero si por el contrario es un lugar extraño para el animal, se debe llevar al Jardín Botánico de San Fernando o alertar a los agentes medio ambientales, al Seprona o a la Policía Local .
Desde la Junta de Andalucía se puso en marcha un programa de recuperación y conservación del camaleón común. En la provincia de Cádiz, los hábitats utilizados son los pinares costeros de pino piñonero con sotobosque de retama blanca en Rota, El Puerto de Santa María o Puerto Real y el segundo hábitat está constituido por las parcelas con huertos unifamiliares que aún quedan en diversas zonas de las comarcas de Sanlúcar de Barrameda, Rota, Chipiona, la Barrosa en Chiclana o el Marquesado.
En estos hábitats, la presencia de setos barrera contra viento y lindes formadas por cipreses, tuyas, chumberas, cañas, etc., constituyen auténticos refugios para la especie.
Además de los esfuerzos que realizan las administraciones y los expertos, la población civil, y especialmente los más pequeños deben concienciarse de cómo se puede colaborar en la conservación de este simbólico animal .
Ver comentarios