CARRERAS DE CABALLO DE SANLÚCAR
Basilio Iglesias: «En mis pinturas siempre está presente la provincia de Cádiz»
El pintor ha sido el encargado de ilustrar la nueva edición de las Carreras de Caballo de Sanlúcar tras su regreso por la Covid-19
En la entrevista concedida a LA VOZ detalla todos los secretos de una de sus obras cúlmenes
Basilio Iglesias (Jerez, 1974) ha sido el pintor encargado de ilustrar el cartel anunciador de una nueva edición de las Carreras de Caballo de Sanlúcar en su regreso tras la Covid-19, concretamente el de la 176.
Con motivo de la continuación del Primer Ciclo de las mismas, LA VOZ ha aprovechado la ocasión para hablar con el también arquitecto e interiorista para desgranar los secretos de una de sus obras cúlmenes.
-Ha sido el encargado de ilustrar, con una obra de su autoría, la imagen de una nueva edición de las Carreras de Caballo de Sanlúcar, concretamente la 176. ¿Qué ha significado para usted que haya sido elegido para una edición que se esperaba con tantas ganas?
-Después de lo que llevamos y de lo que nos queda, pues con mucha ilusión . Este tipo de proyectos es un reto y detrás hay mucho trabajo y mucho empeño puesto, sobre todo quería que gustara. La acogida ha sido impresionante, a casi todo el mundo le ha gustado y es lo que más contento me hace. La gente me pide que les firme los carteles.
-Durante la presentación ante los medios de comunicación locales explicó que la había pintado utilizando arena de la playa de Sanlúcar, ¿cómo fue el proceso de elaboración?
-Lo primero que hice fue un mural de 2 X 1,15 metros con los caballos y realizado sobre tabla con pintura acrílica aplicada con espátula y con arena de las playas de Sanlúcar, que la mezclaba con cola y agua para que al solidificarse pareciera arena mojada. Esta arena la aplico con las manos lanzándola sobre la madera imaginando los movimientos y el golpeo de las patas de los caballos con la arena.
-Sin lugar a dudas, las Carreras de Caballo de Sanlúcar han sido su inspiración. Pero, ¿de qué más fuentes ha bebido?
-Quería que fuera un cartel para los sanluqueños, con lo cual además de los caballos tiene una serie de imágenes muy significativas de Sanlúcar como los barcos en la ría con el fondo del Coto de Doñana y su puesta de sol. En el cielo se deja entrever un grabado que realizó Anton van den Wyngaerde de la ciudad en 1567.
-Una de sus particularidades, además del modo de elaboración, son las herramientas utilizadas, concretando que lo había realizado con una pequeña espátula. Cuanto menos es curioso que no utilizara un pincel…
-Me gusta hacer murales, todos de grandes formatos. Al utilizar espátulas no puedes ser tan preciso como con un pincel, dado el tamaño de las hojas que utilizo. Me gustan que sean muy matéricos , pues además de utilizar mucha pintura para crear volúmenes también utilizo materiales como hojas, pan de oro, fango o arena, como en este caso.
-Aunque en muchas de sus obras no utiliza el color, ¿por qué en ésta sí lo ha empleado?
-Vi una posibilidad en el colorido de las chaquetillas de los jockeys y decidí darle valor. Mi pintura no se significa por el colorido , sino por el movimiento. En este caso era una pintura para la gente y para una fiesta como son las carreras y pensé que se iba a entender mejor que si hubiera hecho una pintura monocromática.
-Tiene un estilo muy característico, representando diferentes símbolos de la provincia, ¿con esta obra se quita una espinita?
-En realidad ya he pintado mucho a Sanlúcar, es una tierra que me apasiona. Al vivir tan cerca he venido mucho durante toda mi vida, sobre todo por su riqueza gastronómica. En mis pinturas siempre está presente la provincia de Cádiz con los atunes de Barbate, los pescados de la Bahía, la figura del toro bravo o las carreras de Sanlúcar.
-¿Qué se encuentra pintando en estos momentos?
-Mi profesión es la arquitectura y mi día a día es hacer proyectos de viviendas y construirlas, pero también me gustan los retos y los proyectos singulares como la Zona de Recepción de Visitantes de las Bodegas González Byass o el restaurante Aponiente de Ángel León en un molino con dos siglos de antigüedad. Este año solo he pintado el mural del cartel, pero es algo que seguiré haciendo toda mi vida, siempre que mi verdadera profesión me lo permita.
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