TRIBUNALES

Al banquillo acusado de abusar de una menor con la que contactó por redes sociales

La Fiscalía pide 12 años de prisión para un hombre por cometer presuntos abusos sexuales sobre una adolescente que conoció por internet

M. A.

La Audiencia Provincial de Cádiz juzgará el próximo miércoles a un joven acusado de haber cometido abusos sexuales hacia una menor de edad. El Ministerio Público pide para él una pena de 12 años de prisión, diez por los citados abusos, nueve meses por exhibicionismo y un año y tres meses por ‘grooming’, es decir, acoso sexual a la adolescente a través de internet.

Los hechos ocurrieron durante el verano de 2013. El procesado, «con el ánimo de satisfacer sus deseos libinidosos», según el Ministerio Público, mantuvo distintas conversaciones con la menor «con el objetivo de concertar una cita con ella». Logró contactar con la presunta víctima por una conocida red social, y poco después continuó las conversaciones por whatsapp.

A través de internet pudo obtener información de la menor preguntándole cuestiones como su edad, donde vivía, y otros asuntos referidos a su intimidad sexual. Tras ello, y pasados unos días, le envió una foto en la que aparecía desnudo y le pidió que ella hiciera lo mismo a lo que la menor se negó. Pero finalmente, se presentó en su domicilio y ya dentro de la vivienda presuntamente le hizo tocamientos.

Tras la denuncia presentada, un juzgado impuso al procesado la prohibición de acercarse a la adolescente a una distancia no inferior a 200 metros en cualquier lugar donde se encontrara ésta y a su domicilio, además de no poder comunicarse con ella por ninguna vía.

Por los hechos relatados, el Ministerio Fiscal cree que el procesado cometió además de abusos, exhibicionismo y ‘grooming’. Por ello solicita que se le condene a 12 años de cárcel.

Riesgos en la Red

Colectivos de protección a los menores y expertos en este tipo de casos advierten a menudo de los riesgos que corren los usuarios de edades tempranas en el uso de las nuevas tecnologías.El denominado ‘grooming’ es uno de ellos. Esta práctica consiste fundamentalmente en las acciones deliberadas que lleva a cabo un adulto con el propósito de establecer lazos de amistad con un niño o niña por medio de internet, para, una vez ganada su confianza, obtener satisfacciones sexuales.

La relación entre ambos comienza primero por una fase de engatusamiento. Selecciona a su presunta víctima e intenta por todos los medios conocerla y descubrir información sobre ella para después llegar al acoso, y en ocasiones, al abuso. Con tal fin se gana su confianza y, a veces, no duda en mentir sobre su edad para no asustarla. Una vez establecida dicha relación su próximo objetivo es quedar físicamente. También, en algunos casos, el acosador intercambia fotos de contenido íntimo con sus víctimas para, además de satisfacer su apetito sexual, tener material y chantajearla con difundir dichas imágenes si no cede a sus peticiones.

La práctica del ‘grooming’, uno de los tipos de los llamados ciberacosos, está muy relacionada con otros delitos como la pederastia y la pornografía infantil. Se trata de un problema cada vez más acuciante y que desde hace unos años ha puesto en guardia tanto a padres, como a educadores, policía y distintas asociaciones.

Las principales dificultades para atajarlo es el anonimato tras el que se esconden los delincuentes, la inocencia de los menores y la fácil accesibilidad de internet o de los móviles. De ahí que los expertos hayan solicitado una regulación más exhaustiva que mejore la seguridad en internet de los usuarios.

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