Tribunales
La banda asiática que enviaba droga a Europa desde El Puerto y realizó torturas confiesa ante el tribunal
Todos los acusados han llegado a un acuerdo con la Fiscalía reconociendo los delitos que se le imputan y han sido condenados a penas que van de los siete años a los seis meses de cárcel
Dos de los procesados salen de la Audiencia de Cádiz.
La banda asiática acusada de traficar con marihuana desde El Puerto a media Europa enviando paquetes prensados de esta droga a sus intermediarios en países como Alemania, Francia, Holanda, Reino Unido, Portugal... han confesado todos y cada uno de los delitos por los que han sido procesados y permanecen en prisión desde que la Guardia Civil los detuvo.
Los doce acusados han llegado este martes a un acuerdo con el fiscal del caso, evitando así la celebración del juicio. Debido a esta conformidad y tras reconocer los hechos ante el tribunal se les ha condenado a penas que van desde los siete años hasta el año por los delitos de salud pública y pertenencia a grupo criminal. A otro de ellos, por tenencia ilícita de armas, seis meses y un año a quien se encargó de torturar con extrema violencia a un compatriota al que acusaban de haber perdido la mercancía.
Las penas más altas, para los que en principio el Ministerio Público solicitaba doce años, han sido para los considerados como cabecillas, a los que se les ha impuesto siete años de prisión. También se les ordena el pago de una multa de ocho millones de euros.
Según el escrito de calificación fiscal, todos los acusados configuraron un entramado criminal en el que puestos de común acuerdo y con ánimo de traficar con marihuana, se concertaron de forma premeditada y planificada con el objetivo de enviar la droga desde El Puerto a Europa. Así, cada acusado tenía unas funciones «perfectamente diseñadas dentro de una estructura jerarquizada». Al frente estaban Y.Y. e Y.E., que a su vez rendían cuentas a una estructura criminal supranacional cuyos integrantes no han podido ser identificados, pero que también traficaban en Europa.
De este modo, otros dos miembros tenían como misión al servicio de la estructura criminal crear y mantener plantaciones de marihuana para abastecer de sustancias a los acusados encargados de prensarlas y enviarlas empaquetadas a los países de destino. Esta tarea de preparación de la 'maría' la hacían muchas veces en las casas que alquilaban a través de plataformas de internet y que se ubicaban normalmente en El Puerto y Jerez.
Era el líder, quien, según la investigación les indicaba el ritmo de producción y a quien debían ir informando. Así, uno de los procesados cultivaba el cannabis en un domicilio de Estella del Marqués (Jerez), donde se requisaron más de cien plantas y todo tipo de aparatos para su mantenimiento. Además también se desmantelaron cultivos en El Sotillo en Chiclana. En este registro además se halló una pistola marca Glock municionada. A menudo también usaban apartamentos turísticos.
En esta cadena, los cabecillas ordenaban los empaquetamientos y el prensado decidiendo el país de destino donde enviarla y aportando además la identidad de la persona que se encargaría de recoger ese paquete. Y el negocio les iba tan bien que planearon montar ellos mismos una plantación de marihuana en una nave con capacidad para 1.000 plantas donde iban a colocar camas, duchas y mobiliario a fin de que, con el objetivo de tener más cosechas, habitaran numerosos ciudadanos chinos a su servicio para que se dedicaran permanentemente al cultivo de la marihuana. El plan se gestó en febrero de 2018, pero por razones que se desconocen no se materializó.
El cobro y blanqueo del dinero lo hacían a través de un sistema de transacción con bancos chinos conocido como ‘hawala’ y que organizaciones como Al Qaeda suele utilizar para pagar a sus terroristas. El fiscal calcula que la banda obtuvo unos 2.315.000 euros en ganancias.
Torturas como 'castigo'
Pero además, y como se desprendió de esta investigación e incluso los propios miembros de la banda grababan en vídeo, usaban la violencia. Es decir, cuando había algún ‘problema’ como que uno de los integrantes no realizaba bien su cometido, perdía la droga o circunstancias similares, se daba orden de que fuera torturado.
Así ocurrió en julio de 2019, fecha en el jefe de la organización exigió que le dieran una paliza a otro ciudadano chino por no haber realizado correctamente uno de los encargos que se le habían asignado. Y cumplieron las órdenes.
El supuesto ‘sicario’ y otras siete personas más que no han podido ser identificadas se llevaron a este individuo hasta una zona montañosa de un punto no concretado donde comenzaron a propinarle golpes con una barra de metal mientras le preguntaban si había sido él quien habían robado la mercancía, al tiempo que le aseguraban que si no confesaba le cortarían una oreja.
Como no confesaba lo que querían, prosiguieron con las técnicas de tortura empleadas por la organización criminal, estrangulándolo hasta el límite de perder el conocimiento y rompiéndole a golpes varios dientes mientras le fracturaban el fémur.
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