INDUSTRIA
La Bahía de las inversiones fallidas
En una década se han esfumado una decena de proyectos industriales que se anunciaron a bombo y platillo
Dos importantes inversiones están en el aire en la Bahía de Cádiz. Se anuncian a bombo y platillo como si fueran un maná laboral para quedar luego en un espejismo. El proyecto de Torrot de abrir una factoría en la Zona Franca para construir el Velocípedo, una innovadora moto eléctrica, devolvió a la provincia las esperanzas en favor de su tejido industrial. Esta empresa catalana puso el punto de mira en el suelo de Altadis, en el recinto interior de la Zona Franca, a finales de 2017 para montar la cadena de producción de su nuevo invento de tres ruedas . Mientras tanto, la cuenta de resultados de la compañía hacía aguas con una deuda superior a los 23 millones de euros lo que ha llevado a vender el 60% de sus acciones a la austriaca KTM, que se ha quedado con Gas-Gas, la división de motor de Torrot.
La operación ha obligado a paralizar, de momento, el proyecto gaditano hasta que se redefina la inversión y se ajusten de nuevo los números. Torrot hizo el pasado febrero un acto simbólico de inicio de obras en una de las naves de Altadis y anunció entonces que la factoría estaría abierta a finales de año o principios de 2020 con capacidad para generar un centenar de puestos de trabajo. Torrot recibió en 2017 una ayuda de 8,5 millones de euros del Plan Reindus para afrontar esta expansión. En estos momentos, Torrot tiene abierto un expediente de regulación de empleo por seis meses , la obra de la planta gaditana lleva desde junio paralizada, la oficina comercial de Cádiz está prácticamente sin actividad y no hay noticias de la reanudación a corto o medio plazo del proyecto gaditano del Velocípedo.
El complejo industrial que pretendía levantar en Visteon un consorcio gallego recibió más de 11 millones en ayudas públicas
No ha sido el único varapalo en lo que llevamos de mes. La compañía Ebion European Energy Network SA anunció el pasado febrero una inversión millonaria en los terrenos de Delphi para abrir en ellos una planta fotovoltaica y otra para la regeneración de los residuos navales . Un preacuerdo con los administradores concursales de Delphi abrió la puerta a la compra de los terrenos por un precio de 5,4 millones de euros, dejando así en fuera de juego a la oferta de compra que había sobre la mesa lanzada por Puertos del Estado, que los tasó en 2,8 millones. Ebion se tomó seis meses de plazo para cerrar la compraventa del suelo y solicitó para ello ayudas al Plan Reindus de 2018, que fueron desestimadas. De momento, la inversión de Ebion en Delphi está a la espera de que la dirección de la compañía reúna la financiación suficiente para afrontar un proyecto industrial de más de 30 millones de euros. La dirección de Ebion aclaró a LAVOZ que la desestimación de las ayudas solicitadas fue por falta de documentación , pero a este periódico no ha confirmado la viabilidad de la inversión prevista en Puerto Real.
Autobuses eléctricos
Ebion y Torrot son los dos últimos casos de varapalo industrial en la Bahía, pero en la última década ha habido más de una docena de anuncios de inversión que han terminado como un castillo de fuegos artificiales. Otro de los casos más sonados de la reciente historia industrial de la Bahía de Cádiz fue la operación de reactivación de los terrenos de Visteon , en el parque Tecnobahía, en El Puerto, anunciada por el empresario gallego Ramón Hermo, que proyectó, con el beneplácito del Ayuntamiento de El Puerto, entonces en manos del PP con Enrique Moresco como alcalde, de un complejo industrial destinado a la automoción eléctrica. Hermo anunció la puesta en marcha de Merkum , una factoría para la creación de autobuses eléctricos, y de Maratlantis, una conservera. La vida de ambas fue efímera como también lo fue la tercera empresa que anunció, Plasticur , para desarrollar estructuras en fibra de carbono.
El suelo de Delphi, en Puerto Real, y el de Visteon, en El Puerto, han sido objeto de grandes fiascos
Este empresario recibió con cargo a los planes Reindus de los años 2010, 2011, 2012 un total de 8,7 millones de euros para el proyecto de Merkum, mientras que para la conservera recibió con cargo a los planes Reindus de los años 2011 y 2012 un total de 4,8 millones de euros. El empresario arañó también ayudas del plan Reindus de 2013 por valor de 3 millones de euros para Plasticur. Hoy no existe ninguna de estas industrias.
Pero los experimentos industriales que terminaron en humo en la Bahía de Cádiz datan del cierre definitivo de Delphi en junio de 2007. Fue entonces cuando la Administración central y la Junta de Andalucía sumaron fuerzas para reindustrializar la Bahía y paliar así el terremoto laboral que provocó el cierre de Delphi. Nace así, el denominado Plan Bahía Competitiva , que surgió como bálsamo para curar las heridas de Delphi junto con el Plan Reindus. El primero lo pilotó la Junta y el segundo forma parte de los planes de ayudas al fomento empresarial que gestiona el Ministerio de Industria. Esta iniciativa se presentó en febrero de 2010 como un balón de oxígeno para la reactivación económica de Cádiz.
De las siete empresas comprometidas y anunciadas en el Plan Bahía Competitiva, solo una, la aeronáutica Alestis, está con vida. El resto, se esfumó, caso de Gadir Solar , otras ni siquiera se llegaron a implantar, como por ejemplo Aerobblade, que iba a fabricar palas de molinos eólicos en Puerto Real. En este escenario también se anunció la puesta en marcha del polígono de Las Aletas, que ha sido tumbado por dos sentencias del Tribunal Supremo, una en 2009 y otra en 2017.
El Plan Bahía Competitiva sigue debatiéndose en el juzgado número 4 de Cádiz. El caso estalló en 2011 cuando el Ministerio de Industria reclamó al empresario gallego Dávila Ouviña el reembolso de más de once millones de euros por tres proyectos que anunció en Cádiz y no ejecutó, a pesar de recibir ayudas públicas con cargo al Plan Reindus. Sociedades como Aquandalucía y Soluciones Tecnológicas nunca vieron la luz, como tampoco la vio la luz el proyecto industrial que presentó un grupo chino-iraní en 2012 para fabricar en Jerez todoterrenos de bajo coste con el nombre de Zahav Motor.
Humo de tabaco
Tampoco cuajó la oferta de una tabacalera inglesa, Genius Tobacco, para implantarse en Altadis en 2016. Desde el primer momento hubo sospechas sobre esta sociedad con sede en Londres y representación en Marbella. Genius Tobacco Limited presentó en enero de 2016 una oferta para ocupar parte del suelo de Altadis. Esta compañía se creó en 2013 en Londres, mientras que su filial española, Genius Tobacco España SL, lo hizo en 2014 con un capital social de 3.000 euros. La sorpresa saltó cuando la Mesa de Contratación de la Zona Franca pudo comprobar que solo se había presentado una oferta al concurso y, curiosamente, correspondía a una empresa del sector tabaquero.
Los proyectos de Torrot y Ebion, que están en el aire, ponen en alerta de nuevo a Cádiz
Sin embargo, lo que en un principio parecía una inversión de calado se tornó con el paso de los días en una oferta plagada de incógnitas y dudas . Ambas se dedicaban a la importación, exportación y distribución de tabaco, aunque era una perfecta desconocida para las empresas del sector tabaquero.
La propuesta de Genius fue presentada por Gareth Rowe y lo hizo en nombre de Genius Tobacco España, ubicada, según consta en la información aportada, en el edificio Heracles del recinto interior de la Zona Franca de Cádiz.
Es evidente que los planes de reindustrialización que se proyectaron entre 2008 y 2012 en favor de la Bahía de Cádiz atrajeron a falsos empresarios movidos por las subvenciones públicas. La mayor algarada de nuevas empresas se anunció en los años de la crisis, sin embargo, esta cascada de industrias quedó en realidad virtual.