POLÍTICA

Los ayuntamientos de la Bahía se adaptan a la nueva política de pactos

Cádiz, San Fernando y El Puerto han cambiado su gobierno tras el primer año de mandato. Puerto Real vive un caso de transfuguismo. Chiclana sumó a Ganemos

J. LANDI

La normalidad siempre resulta sorprendente y la sensatez suele escasear. Que varios gobiernos municipales cambien su estructura cuando apenas han apurado su primer año de mandato entra en lo normal, incluso en lo sensato. Pero en una sociedad que se comunica con mucha dificultad con sus representantes, con unos representados que tienen dificultades para hacerse oír entre sus cargos electos, llama la atención por infrecuente. Mucho más cuando coinciden en el tiempo y llegan después del mayor cambio en la mecánica de la política partidista en España.

Los ayuntamientos forman la infantería de la política, van los primeros. También registraron con meses de antelación el final del bipartidismo, la llegada incontenible, quizás irreversible, de nuevas fuerzas.

El 24M, antes del 20D que aún está por resolver, ya anticipó el fraccionamiento del tablero . Ya presentó la intención ciudadana de que sus representantes pacten, propongan, cedan, se alíen entre ellos y, después, gobiernen. Como siempre, la teoría es simple y la práctica resulta compleja.

La configuración del Pleno quedaba de la siguiente y compleja forma: Podemos y Equo forman gobierno con nueve concejales (seis y tres, respectivamente) al que se suma el apoyo del único de Izquierda Unida. Teóricamente enfrente siete andalucistas (con la exalcaldesa Maribel Peinado a la cabeza) más tres socialistas. En la práctica: diez votos contra diez votos. El que falta, el que inclinaba la balanza a favor del gobierno municipal y ahora puede hacerlo para la oposición es el concejal que dejaba el barco de Podemos. Sí se Puede Puerto Real, consciente de la trascendencia de ese gesto individual, estalló y atacó a su exconcejal. Le tachó de traidor: «Ha engañado a la ciudadanía: aferrándose al cargo. Incumple el código ético que asumió públicamente contra la corrupción y el transfuguismo», fueron algunas de las acusaciones públicas de la dirección de Podemos en Puerto Real.

Chiclana, el más sereno

El caso de Chiclana fue el más calmado. Se trató de una incorporación anunciada por el alcalde de Chiclana, José María Román, el 26 de abril. El regidor socialista sumaba Ganemos Chiclana a su gobierno. El concejal de esta formación Adrián Sánchez Barea integraba el Gobierno municipal y se hacía cargo de Fomento, uno de los más destacados. En este caso, se trató de apuntalar una alianza que puede ser útil para mantener la estabilidad institucional en el futuro.

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