CRISIS POR EL CORONAVIRUS

El astillero de Cádiz recupera su actividad tras cinco semanas de parón

La factoría de la capital aplica un estricto protocolo de seguridad similar al que se ha llevado a cabo en la Base de Rota

El próximo lunes regresan al tajo unos 100 operarios que abordarán la varada de la fragata 'Navarra'

El astillero de Cádiz lleva parado desde el 15 de marzo ANTONIO VÁZQUEZ

Javier Rodríguez

El astillero de Cádiz retomará su actividad el próximo lunes tras cinco semanas de parón como consecuencia de la crisis del coronavirus. Los astilleros de la Bahía de Cádiz decidieron frenar su producción el mismo día en que el Gobierno de la nación decretaba el estado de alarma en nuestro país . La actividad en los diques quedó paralizada el 15 de marzo hasta nueva orden. Sin embargo, el ensayo que se ha llevado a cabo en las instalaciones navales que gestiona Navantia en la Base de Rota han servido para que la factoría de la capital recupere ahora de manera progresiva su actividad.

Las instalaciones de Cádiz han sido desinfectadas y se ha activado un protocolo de seguridad e higiene para cumplir a rajatabla tanto por la plantilla de Navantia como por los trabajadores de la industria auxiliar que trabaja a diario en el astillero . De hecho, las bases para la vuelta al tajo se han puesto, precisamente, este jueves en una reunión que ha mantenido el comité de emergencia de la factoría en el que han participado por videoconferencia varios responsables de departamento de la planta de Cádiz. Así, este viernes se procederá a la inspección de las taquillas y a la colocación de señales para mantener las distancias, sobre todo, en las zonas comunes, además se instalarán los dispensarios de hidrogel y se dará a conocer a la plantilla el protocolo de seguridad.

El astillero de Cádiz regresa a la actividad retomando los trabajos en la fragata 'Navarra', de la Armada española , que se encontraba en el astillero pasando una varada técnica el mismo día en que se decretó el estado de alarma. Este periódico ha podido saber que el próximo lunes 20 de abril acudirán al astillero, al menos, ocho subcontratas, además del personal de Navantia. Está previsto que arranque la actividad en tres turnos con unas cien personas . De momento, no se llevarán a cabo trabajos en zonas de confinamiento y espacios reducidos para evitar así el contacto entre trabajadores.

Todo apunta que la planta de San Fernando también volverá a la actividad la semana que viene y solo faltaría la de Puerto Real

El regreso a la actividad en el astillero de Cádiz ha sido posible gracias al resultado satisfactorio que ha tenido el ensayo realizado en las instalaciones navales de la Base de Rota, donde Navantia cuenta con el d enominado cuarto astillero de la Bahía que da servicio de mantenimiento a los cuatro destructores norteamericanos que se encuentran desplegados para favorecer en el Mediterráneo el escudo antimisiles.

La constructora naval española no estuvo entre las que volvieron al trabajo el pasado 13 de abril tras quedar derogado e l decreto de hibernación económica  para los sectores no esenciales, dictado por el Gobierno el 22 de marzo. Navantia y sus comités pactaron el 15 de marzo que volverían al trabajo tras el decreto de alarma, ahora el 26 de abril, pero la situación puede cambiar, ya que se están tomando medidas especiales de desinfección y protocolos sanitarios. Así, a Navantia-Rota le sigue ahora Navantia-Cádiz. Todo apunta que el astillero de San Fernando, donde se construyen las cinco corbetas para la Marina de Arabia Saudí, vuelva al trabajo la semana que viene . Por lo que respecta a la plata de Puerto Real, con tres contratos en activo, se negocia también su vuelta, aunque no se da fecha.

El crucero 'Allure' está previsto que regrese el 26 de abril, pero solo para una varada y no para la reforma integral programada

Los tres astilleros paralizaron su actividad el pasado 15 de marzo justo cuando el Gobierno decretó el estado de alarma en nuestro país con motivo del coronavirus. Desde entonces, los diques de las factorías de Cádiz, San Fernando y Puerto Real, amén de los muelles de la Base Naval de Rota, donde Navantia realiza el mantenimiento de los cuatro destructores norteamericanos y de la flota de la Armada, han permanecido cerrados. Los comités de empresa y la propia Navantia tomaron esta decisión para evitar contagios y la propagación en sus centros de trabajo. No hay que olvidar que el sector naval trabaja en unas condiciones muy distintas, por ejemplo, que el sector aeronáutico , ya que su actividad se desarrolla en zonas cerradas y el contacto entre la plantilla es frecuente. Ante esta situación se optó por clausurar la actividad industrial naval hasta nueva orden. Solo técnicos, administrativos y comerciales de la compañía han seguido su rutina con el teletrabajo.

Esta situación resulta insostenible para la industria auxiliar naval de la Bahía que, desde mediados del pasado mes, se encuentra totalmente paralizada y ha tenido que despedir a la mano de obra contratada de manera temporal para abordar los proyectos más inmediatos que estaban sobre la mesa. Es decir, la reforma del crucero 'Allure', en el astillero de Cádiz, y la transformación del 'Carnival Victory', en el astillero de Puerto Real. Al margen de estos dos contratos, Navantia tiene entre manos otros que ha tenido que paralizar también debido al coronovirus y que ahora negocia nuevos plazos de entrega. Es el caso de las cinco corbetas saudíes que se fabrican en la planta de San Fernando y cuya culminación estaba prevista para el segundo trimestre de 2022. De hecho, la botadura de la primera unidad estaba programada para el pasado 9 de abril.

Por lo que respecta a Puerto Real, al margen de la reforma del 'Carnival Victory', se trabajaba antes de la declaración del estado de alarma en la construcción de una subestación eólico-marina  para la empresa noruega Equinor Energy. Esta plataforma servirá para dar cobertura al complejo petrolífero de Johan Severdrup, en el Mar del Norte. Su culminación está prevista para el segundo trimestre de 2021, pero habrá que reprogramar plazos

También se trabajaba en dos contratos offshore. Por un lado, la construcción de las 20 'upper' jackets para el parque eólico Moray Firth Offshore East, adjudicado por el contratista belga Smulders y su terminación estaba prevista para antes de este verano.

El tercer contrato eólico en el que trabajaba la planta puertorrealeña era la construcción de una jacket flotante  para el campo Kinkardine, situado a 15 kilómetros de Aberdeen (Reino Unido).

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