Cádiz | Tribunales
Arranca el juicio contra Igor el Ruso, el supuesto asesino del guardia civil gaditano Víctor Caballero
La vista se celebra entre extremas medidas de seguridad dada la gran peligrosidad del procesado
Sobre las nueve y media de la mañana de este lunes llegaba ante unas impresionantes medidas de seguridad a la Audiencia Provincial de Teruel, Igor El Ruso , el presunto autor de la muerte a tiros de un ganadero y dos guardias civiles, uno de ellos, el gaditano Victor Caballero. Norbert Feher está acusado de haberles matado a sangre fría y la acusación pide para él la prisión permanente revisable. Su extrema peligrosidad ha obligado a activar para este juicio un dispositivo especial e Igor pasará la vista dentro de una mampara blindada fabricada para la ocasión.
Se prevé que este lunes se constituya el jurado y declare el acusado y las alegaciones previas de las partes, mientras que los días 13 y 14 declararán los testigos y los días 15 y 16 los peritos, entre ellos los forenses, agentes de criminalística, balística y del Instituto Nacional de Toxicología
Como se recordará los hechos se remontan a diciembre de 2017 en la comarca del Bajo Aragón. Allí este ciudadano serbio (que ha utilizado también identidades rusas y húngaras) sembró el terror. Se encontraba oculto por esta zona rural ya que le buscaban como prófugo por otros crímenes cometidos en Italia. Los dueños de las casas de campo habían denunciado daños en las cerraduras de sus propiedades. Se había alertado sobre su violencia.
Y así fue como el ganadero José Luis Iranzo, de 40 años, acudió a una explotación agrícola en el paraje de 'El Saso', propiedad de la familia, para recoger a su padre, y, al entrar en la vivienda, no le dio tiempo a nada. Según el auto, Norbert Feher le disparó nada más verlo con una pistola y le causó la muerte.
Igor robó la pick-up de la víctima y se dio a la fuga. El padre del ganadero había escuchado los disparos y alertó a la Guardia Civil. Dos de los agentes, el gaditano Víctor Caballero y su compañero Víctor Romero , ambos miembros del equipo ROCA acudieron al aviso. A las 18.45 vieron un coche con las luces encendidas y fueron a identificar a su conductor. Pero, según la acusación, no tuvieron tiempo de nada. El presunto asesino llevaba dos armas y les disparó once veces. Intentaron defenderse pero ya heridos Igor les remató.
El Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares solicitan que se le imponga al acusado prisión permanente revisable. La defensa, por su parte, alega que su patrocinado actuó en legítima defensa, desde la creencia de que iba a ser atacado.
Además, alega que Feher presenta, debido a las vivencias que desde la niñez le han acompañado, trastorno de neurosis de guerra que le conduce a situaciones de estrés postraumático con incapacidad para razonar al entrar en pánico, cuando entiende que debe proteger su vida con una "obsesión delirante".
Por el contrario, las acusaciones estiman que el acusado no presenta sintomatología psicótica aguda ni residual ni déficit intelectual ni deterioro cognitivo ni otro tipo de patología psiquiátrica que suponga menoscabo alguno de su capacidad para comprender la naturaleza y consecuencia de sus actos y defienden que acabó con la vida de Iranzo de manera fría y reflexiva y que, en el caso de los agentes, les disparó por la espalda y los remató ya en el suelo.
Tote, como amigos y familiares llamaban a Víctor Caballero, tenía 38 años. Del barrio gaditano de Loreto era un ferviente futbolero e hincha del Cádiz C.F. «Siempre tenía una sonrisa, era muy extrovertido», cuenta uno de sus compañeros, que le define como un «buen currante y buena persona, amigo de sus amigos».
Hijo de Guardia Civil (su padre, ya fallecido, estuvo destinado en la Comandancia de Cádiz), cursó sus estudios en el IES Fuerte de Cortadura. Ingresó en la Benemérita en septiembre de 2004, procedente del Ejército. Estuvo destinado en Tarifa, puesto en el que trabaja también uno de sus hermanos. Posteriormente marchó a Alcañiz, para regresar después a Tarifa y hacía unos años volvió a pedir destino en la localidad turolense, donde residía Noelia, su pareja. Desde entonces, este guardia de la 110ª promoción, formaba parte de uno de los 55 equipos de lucha contra el robo en el campo con los que cuenta el Instituto Armado.
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