ENTREVISTA
«El alivio del sistema sanitario comienza por una actitud individual»
El presidente del Colegio de Médicos de Cádiz, Juan Antonio Repetto, hace un llamamiento a la responsabilidad social para luchar contra la pandemia
El presidente del Colegio de Médicos de Cádiz, Juan Antonio Repetto, no había vivido nunca una situación de pandemia como la que nos encontramos, como el resto de ciudadanos. Se muestra preocupado y, desde su institución, hace un llamamiento a la responsabilidad social ante una ... situación de extrema gravedad. En su análisis entiende las medidas adoptadas, porque, como incide, si no hay atención sanitaria suficiente, la respuesta y la reacción estarán al límite. En ningún momento olvida que de lo que se está hablando es de vidas humanas.
El escenario ha vuelto a cambiar en la provincia tras el avance de la pandemia, ¿cómo ve la situación?
Con la preocupación que vuelven a ofrecernos las altas tasas de incidencia y con la lógica inquietud, primero en términos de salud y, unido a esto, en la situación de excepcionalidad que nos afecta a todos. La presión asistencial se ha ido elevando progresivamente y este es un indicador decisivo que debe condicionar en todo momento las actuaciones y las medidas que se adopten. Si el sistema sanitario se satura, la capacidad de reacción y de respuesta frente a la pandemia estará igualmente al límite.
En la provincia se han registrado ya datos de contagios superiores a los de la primera ola, ¿cree que se debe a que se realizan más test o a que estos contagios avanzan de manera más preocupante?
Estamos más preparados y hemos ido aprendiendo sobre la expansión del virus y sus características. Prácticamente desde el principio sabemos que nos enfrentamos a un virus con una excepcional potencialidad de contagio que no conoce de fronteras geográficas ni administrativas. Se han incrementado las pruebas diagnósticas pero las tasas de ingresos e, insisto, la presión asistencial serían la referencia.
Cree acertada la gestión que ha hecho el Gobierno de España de la crisis sanitaria desde su origen?
El análisis real de la situación de la pandemia en cada momento ha adolecido de falta de agilidad. Se ha echado de menos una actuación unificada desde las comunidades autónomas que transmitiera a la población, a la que se le exige una responsabilidad y se le imponen unas obligaciones por otro lado necesarias, que se le trasladara el máximo sentido de coordinación y anticipación frente a la pandemia.
«El análisis real de la situación de la pandemia ha adolecido desde el principio de falta de agilidad»
¿Como valora la posición que ha tomado la Junta de Andalucía con las nuevas restricciones?
Estamos de acuerdo en la necesidad de tomar medidas que tiendan a atajar, frenar y disminuir la incidencia de contagio, una vez que las medidas que se han ido sucediendo y encadenando hasta ahora han demostrado una efectividad limitada en cada momento de la pandemia y tras el confinamiento de la primera oleada. Así nos pronunciamos recientemente en estas mismas páginas al valorar las medidas generales tomadas por la Junta. Cuanto más a tiempo se adopten, más provisionales podemos esperar que sean. La otra opción es dejar que la pandemia siga arrojando cada día cifras insoportables y que estas medidas tengan que adoptarse igualmente pero en peores condiciones y por tanto deban ser aún más duras.
Situación en los hospitales
¿Cuál es la situación actual en los hospitales de la provincia? ¿Cree que de seguir así se podría dar un colapso ?
Ha ido empeorando desde que hace apenas unas semanas se hablaba de una provincia que no parecía seguir la tendencia de otras y de una excepcional baja incidencia. Pues bien, ya hemos comprobado que no existen islas de inmunidad frente al virus. Lo he dicho antes: mucho antes de llegar al colapso, la alta presión asistencial es un claro síntoma que nos obliga a actuar.
En cuanto al déficit de personal sanitario que se denuncia que existe en la provincia, ¿qué se puede hacer?
En primer lugar hay que decir que existe un déficit histórico en determinadas especialidades médicas y algunas de ellas, como medicina familiar o pediatría, que forman parte esencial del primer nivel de asistencia, se hacen difíciles de cubrir. No podemos generar especialistas espontáneamente cuando necesitemos una acción urgente e inmediata de refuerzo. Se requiere una planificación a largo plazo, unos años de formación…
La Junta ha cambiado las condiciones laborales de los sanitarios en cuanto a vacaciones, permisos, contrataciones, ¿cree que ha sido una medida acertada? Los sindicatos aseguran que se infringen sus derechos fundamentales
Acabamos de pronunciarnos conjuntamente con el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos en el sentido primeramente de oponernos al decreto nacional que inspira esta orden y que tanto la Organización Médica Colegial como los Colegios andaluces hemos impugnado y denunciado ante instancias europeas. No podíamos esperar, cualquiera que sea el escenario en que nos sitúe esta pandemia, una actuación como la que plantea esta orden y que conculca derechos a nuestros profesionales que, ante las exigencias, el riesgo vital y el enorme desafío que han tenido y tienen por delante sufren un retroceso en sus derechos como respuesta de la administración sanitaria. No es admisible que se hable de máximos o mínimos, como hace la Junta, cuando se trata de derechos.
«Seguimos reclamando a la sociedad que sea modélica y ejemplar, y en general, se está cumpliendo»
¿Qué consideración le merece la situación de la atención primaria?, ¿y las quejas de los ciudadanos por la dificultad que tienen para ser atendidos?
Nuestra Atención Primaria de Salud viene arrastrando una serie de carencias que no son de ahora sino que responden a deficiencias históricas, que se han convertido en sistémicas y que se han cronificado en el tiempo, con la consiguiente repercusión y deterioro en las condiciones que vienen soportando nuestros profesionales en términos de asistencia, sustituciones, retribuciones, cupos, tiempo de atención, cargas burocráticas o actuaciones preventivas en salud. Estas carencias afectan igualmente a los pacientes, que se sienten insatisfechos con la respuesta asistencial y cuya frustración recae en numerosas ocasiones sobre el profesional que les asiste, a pesar de que ambos son víctimas de un sistema mermado que menoscaba la relación médico-paciente, ahora tan o más necesaria que nunca y sin embargo cada vez más relegada. Esta situación se ha visto agravada por la irrupción de la actual pandemia, que ha venido a añadir nuevas atribuciones a las plantillas de médicos de primaria, ya de por sí sobrecargadas, y a provocar un estado de extrema saturación de los centros, hasta hacer que los profesionales estén llegando a una situación límite.
Desde el Colegio de Médicos han venido alertando de la seriedad de la situación, ¿cree que la gente ha sido realmente consciente de la gravedad del asunto?
En términos generales la población está demostrando una enorme responsabilidad. Es justo reconocer este esfuerzo. Desde el Colegio de Médicos hemos realizado un llamamiento constante a este comportamiento responsable, en los peores pero también en los momentos menos acusados de la pandemia. Seguimos reclamando de la sociedad que sea modélica y ejemplar y, en general, lo está siendo. Debemos concienciarnos de que el alivio del sistema sanitario comienza por una actitud primero individual y a continuación colectiva, por una auténtica movilización que aísle y deje en evidencia comportamientos insolidarios minoritarios pero que se han demostrado tan nocivos.
Desde el punto de vista médico, ¿cree que las reuniones familiares y el ocio han sido detonantes de esta segunda expansión del virus?
Por perfiles de contagio, las estadísticas nos dicen que es así. Pero al margen o al lado de las estadísticas hemos podido asistir a comportamientos, minoritarios pero significativos, cuya relajación debe escandalizarnos a todos. Es muy decepcionante. Hemos apelado al sentido de comunidad, al alto riesgo en el entorno más próximo de los seres queridos… y, por fin, a pesar de todo, a tener que reclamar una actuación firme de las autoridades que haga prevalecer el beneficio común y controle lo que debería partir de la esfera de la responsabilidad y del control individual que todos tendríamos que autoimponernos.
En cuanto a la mascarilla y su uso, ¿lo estamos haciendo bien? Un estudio revela que el 80 por ciento de la población no la utiliza del modo correcto...
Aquí recurro a la responsabilidad individual. Somos tantos los organismos científicos y las instituciones profesionales que hemos dado las pautas y las debidas instrucciones sobre el buen y mal uso de las medidas de protección que debemos ser exigentes con ese uso adecuado. Y sí, desde luego, la relajación en el manejo de estos equipos sigue siendo una fuente principal de contagio.
¿Entienden la desesperación de los hosteleros y comerciantes?, ¿cree que era estrictamente necesario volver a restringir a estos sectores?
Claro que lo entiendo y el perjuicio es enorme. Cómo no ser sensibles a esa delicadísima situación. Hablamos de pulmones económicos que se encuentran en un estado de respiración asistida. Continuando con el símil, la crisis sanitaria es el paciente y la crisis económica es uno de sus órganos vitales afectado. Para recuperar este órgano hemos de lograr que el paciente recupere sus constantes generales. Mientras más inestable siga nuestro paciente, mayor será el deterioro para ese órgano que es la actividad económica. Por eso, no se trata de elegir entre salud o economía. Nos equivocamos cuando polarizamos este debate.
Los sanitarios son uno de los colectivos que al estar en primera línea más ha sufrido los contagios, ¿se asume ese riesgo como parte del trabajo?
Siempre hemos asumido ese riesgo, nunca hemos rehusado una sola actuación y la exposición derivada de ella. La pandemia se ha llevado ya la vida de más de cien médicos en nuestro país y hemos perdido a dos compañeros en la provincia. Eso sin contar las secuelas, la incertidumbre y la autoexigencia añadida que los profesionales de la salud han debido imponerse de manera continuada y tan prolongada en el tiempo. Pero una cuestión es la exposición asumida y otra muy distinta la sobrexposición debida a las carencias de medios y de equipos que se hicieron evidentes sobre todo en los primeros momentos más críticos. Eso es inadmisible y nunca debe confundirse con la actitud abnegada de nuestros profesionales. Esto nos lleva a la identificación como héroes que se ha hecho de los profesionales en la pandemia. Puede entenderse pero no aceptamos el sentido que se asigna a este comportamiento heroico que lo asocia al de seres invulnerables. Los profesionales de la salud son un patrimonio humano que debemos cuidar entre todos.
Cuándo cree que todo esto acabará?, ¿volveremos a vivir como antes o ya habrá determinadas pautas de seguridad que se quedarán?
No habremos aprendido nada si volvemos a repetir todas las coordenadas que nos parecían las propias del estado del bienestar y que esta pandemia ha puesto en seria revisión. La normalidad que dejamos atrás estaba repleta de actos no precisamente saludables, de percepciones erróneas en tantas facetas y entre ellas en el terreno de la salud. Creo que esta crisis debe hacernos comprender que la salud es un bien frágil y que para ayudar a preservarla se hace cada vez más necesario promover una cultura preventiva. Tenemos que recuperar la valoración social que siempre tuvo la asistencia sanitaria y la dignificación de quienes la hacen posible. Se lo debemos a nuestros profesionales.
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