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Alfonso Pombo: Trabajar por una provincia más atractiva

El joven portuense y sus socios impulsan casi una veintena de locales de hostelería que elevan el nivel turístico gaditano

Arriba, Nacho, CEO de Abuelo Bread, con Alfonso Pombo.

Goretti Domecq

Hoy, conocemos a Alfonso Pombo Jiménez , director de operaciones y responsable de proyectos en el sector hostelero. Mayormente, sus negocios están ubicados en la provincia de Cádiz, aunque también tienen alguno en Sevilla.

Este joven portuense de 32 años junto a sus tres hermanos: Jaime, Luis, Nacho y otros socios cuentan con 25 locales de hostelería, y una fábrica panaria de productos sin gluten, Abuelo Bread. Con ellos permiten dar empleo directo a más de 450 personas.

De comida, tienen: varios Burger King, cuatro 100 Montaditos, una Heladería Narigori en Cádiz y próximamente abrirán otra en el Centro Comercial de Vistahermosa. Además, gestionan diferentes bares de copas en el Puerto: La Cristalera, Puerto Chico, Guateque, Garrison, Phi Phi Beach, Blu, La Cristalera Vistahermosa y Playa Canalla. Su última apuesta ha sido un restaurante japonés que se transforma en bar de copas, algo muy estilado en la capital de España y que resulta una interesante apuesta en El Puerto de Santa María. Su nombre: Kamikace, y es como ellos mismos se definen por los riesgos y decisiones que toman, especialmente para un lugar como este, donde empiezan con el conocimiento justo, aunque viendo su espectacular currículum, seguro será otro éxito asegurado.

Muchos, pensarán como este grupo de jóvenes son capaces de gestionar, y de una manera tan exitosa todo esto que han montado. En primer lugar, Alfonso, al que sus amigos conocen como Fofi, dice que: « La clave es trabajar, trabajar y trabajar , estar pendiente de cada detalle, pensando en que es lo mejor para el cliente, y sobretodo, saber rodearse de un buen equipo de profesionales, porque sin ellos no seríamos nada. Cualquier persona que está trabajando con nosotros, ha tenido que pasar antes por mí, para conocerle, porque ellos son el motor fundamental».

Alfonso y Nacho Pombo de niños

Alfonso, se fue a Madrid donde estudió ADE, y es que siempre, debió tener el gusanillo de ser empresario. Ya desde muy pequeño, en sus vacaciones de verano, aprovechaba para poner un puesto de conchas en la puerta de su casa, aunque no eran conchas normales, él, escogía unas finitas que eran menos habituales y más bonitas. Se podría decir que ya empezaba a saber, que, para triunfar en un negocio, hay que hacer las cosas diferentes y trabajadas.

Fue en sus últimos años de colegio, cuando montaron su primer burger, y donde Fofi estuvo muy implicado en el desarrollo del negocio, incluso trabando en tienda para cumplir con las directrices de calidad que tiene la marca. Al acabar la carrera, estuvo trabajando un año en el Grupo Restalia, empresa en la que disfrutó mucho, e incluso como él dice, encontró lo mejor que podía encontrar, a su mujer y madre de su hija.

Tras esta experiencia laboral, y que años anteriores había estado ayudando a bares de copas a posicionarse, se dio cuenta que lo que tenía que hacer era montar el suyo propio, y fue así como empezó en ese sector en el que poco a poco fue creciendo para que a día de hoy sus locales sean referencia en El Puerto y en toda la provincia .

Junto a su equipo, tienen una ambición sana, en la que buscan dar luz y notoriedad a su tierra. Más allá del negocio, ellos disfrutan viendo que gracias a sus bares la gente venga o hable de El Puerto. Y es que cuanta gente de fuera, que jamás han pisado Playa Canalla o Phi Phi, llegan a la provincia y no quieren irse de ella sin antes haber disfrutado de una copa en estos locales que cuentan con un enclave mágico.

«Con nuestro concepto y diseño de bares de copas, queremos que la gente venga aquí, sienta la diversión y una experiencia similar a la que tienen en Ibiza o Formentera , pero que a la vez cuando salgan de ellos, puedan disfrutar de esta provincia que enamora a cualquiera. Por su arquitectura, por lo bien que se come, por su Tacita de Plata, por sus playas, por sus pueblos, pero especialmente por su gente».

Alfonso, en el ámbito personal, a diferencia del profesional, es muy familiar, le gusta la tranquilidad de estar en su casa con su mujer y su hija, o en su rincón favorito, que es la casa de su abuela, donde se reúne toda la tropa familiar. «A nosotros nos han educado con la importancia que tiene la familia, y nos han transmitido siempre una gran unión entre todos, no solo con los de tu casa, sino a lo grande, con primos y tíos. Lo pasamos tan bien todos juntos, que es nuestro sitio preferido».

Otra cosa que caracteriza a Fofi, y que puede resultar chocante, o que, según él, es lo que le beneficia para hacer bien su trabajo es que no le gusta ni beber, ni fumar, ni la noche. Cuando está en sus bares, siente que está trabajando. Puede estar sonriéndote y hablando contigo, pero en realidad está pendiente de que todo esté en orden.

Ahora, sabemos que los veranos son su temporada alta de trabajo, y no puede disfrutar tanto como otra gente, pero hace algunos años, sí que lo hacía. « Recuerdo que con apenas 9 ó 10 años veranear en Vistahermosa o cualquier otra urbanización portuense, y tener una bici, te daban una autonomía increíble, eso es lo que más me gustaba, me sentía como mis primos mayores, saliendo y entrando. Nos íbamos a la carpita, a jugar al fútbol, a la Casa Grande donde jugábamos al tenis, al pádel o a las piscinas y fiestas del Bucito, no parábamos un segundo quietos».

Cuando fue creciendo, recuerda haber salido por Pantalán en Puerto Sherry, y el Centro Comercial de Vistahermosa donde iban de barecito en barecito. Los sitios cambian de nombre, pero los planes casi siempre son los mismos de generación en generación.

Podríamos decir que los Pombo ya son casi una marca, y es que cuando inauguran algo, la gente dice: «Esto lo han hecho los Pombo», y eso suele ser similar a, este sitio va estar bien, y habrá que ir. Sin duda, unos valientes, unos ‘kamikace’, unos luchadores que en las adversidades encuentran oportunidades, y ese ha sido el camino que han ido recorriendo para llegar al lugar en el que están. Son un equipo, cada uno con su función, pero siempre remando en la misma dirección. Como nos dice nuestro protagonista: «Ninguno es más y ninguno es menos». Gracias Fofi y hermanos, por crear interés en la provincia, por incentivar el turismo de ocio de calidad en nuestra tierra.

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