SUCESOS

Alerta por una oleada de estafas de alquileres falsos por internet en Cádiz

Los timadores se aprovechan del tirón de la costa gaditana para engañar a sus víctimas cuyas fianzas se quedan a cambio de casas que no existen o no son suyas

MARÍA ALMAGRO

Imagínese por un momento la escena. Lleva meses planeando sus vacaciones. Tiene muchas ganas de disfrutar con su familia o amigos de las playas de Cádiz. Le han hablado de Conil. También de Chiclana, El Palmar, Caños, Tarifa... Se decanta por el primer destino. Consulta algunas webs especializadas y encuentra una casa en La Barrosa que se adapta perfectamente a lo que está buscando. Le envía un mail al arrendatario y contacta también con él por móvil. No pone ningún inconveniente. Eso sí. Le pide una fianza ya que tiene que asegurarse que, siendo las fechas que son, no le dejará tirado, y además, quiere su DNI para formalizar el contrato. Hay acuerdo, paga lo pactado y todo marcha. Hasta que llega a La Barrosa. La casa existe pero cuando va a recoger las llaves ya nadie le coge el móvil. Desconcertado llama a la puerta y, ¡sorpresa!, está ocupada por otros turistas. Entonces se da cuenta que le han estafado, que le han robado su dinero y, que encima, le han fastidiado las vacaciones.

En los últimos años, casi a la par que el desarrollo de portales especializadas en el sector turístico, se han incrementado notablemente este tipo de estafas. Tanto es así que hay verdaderos expertos detrás de estos engaños que actúan sin escrúpulo alguno parapetados bajo el anonimato que les da un avatar o un nombre de usuario que no corresponde en absoluto con su propia identidad. Estos timos crecen y, por tanto, también se han incrementado las denuncias.

La Policía se encuentra en alerta. Según fuentes consultadas por este periódico, en el último año se ha detectado una oleada de estafas por alquileres online de inmuebles en las zonas de costa de todo el país, entre ellas, la provincia de Cádiz, uno de los destinos vacacionales de verano que ha ido ganando más peso en el territorio nacional. Se estima que un 95 por ciento de los fraudes relacionados con alquileres se dan en la temporada estival.

Así, conocedores de este tirón turístico, los estafadores se aprovechan sin piedad de todos los atractivos de la Costa de la Luz para atraer a sus víctimas. Les engañan seduciéndoles con precios 'competitivos', cifras que son fáciles de manejar porque únicamente se rigen por la mentira. No están sujetos a ningún mercado, ni impuestos ni nada.

Y montar toda esta farsa, no les resulta muy difícil si dan con algún confiado. Actúan solos o como miembros de una red criminal. Primero copian anuncios originales de inmuebles reales, y los publican en páginas web de alquileres ofreciendo viviendas por las que piden una cantidad mensual, o una reserva que suele ser igual o inferior a 400 euros.

Hay verdaderos expertos en estas estafas que actúan solos o como miembros de una red criminal

El contrato y la mentira

El particular ve este anuncio, le gusta y contacta con el supuesto arrendador por correo electrónico particular, por un mail que se ofrece en la web, o por móvil. Entonces acuerdan qué tipo de alquiler será. Para darle seriedad, el estafador le pide que le envíe copia de DNI. Le cuenta que es para poder formalizar el contrato. Una vez que la víctima se lo envía, elaboran un documento genérico en el que se indican los datos de arrendador y arrendatario, y le devuelve este escrito en formato digital firmado por las partes.

Puede ser creíble. Está rubricado. Sin embargo dicha firma no es real. Esos datos pertenecen a otra persona. Por ejemplo, a una víctima anterior que también picó.

Intermediarios para usar sus cuentas

Así, en este contexto en el que hay un supuesto contrato de por medio, el engañado se confía y accede a pagar la fianza solicitada. Para ello le da un número de cuenta pero ahí también la argucia delictiva está activada. Esa cuenta bancaria no pertenece realmente al estafador (los datos le delatarían rápidamente) sino a otra persona, denominada en el argot policial 'mulero', que se presta a ceder su identidad a cambio de un pequeño porcentaje o algún ‘premio’ previamente pactado. En muchas ocasiones, estos intermediarios son personas sin trabajo captadas para este fin.

Para que les puedan ingresar las fianzas, usan a 'muleros' que les prestan su identidad para abrir las cuentas bancarias

La estafa ya se ha completado pero, lo peor es que no ha terminado. El delincuente suele usar el DNIfacilitado por la víctima para ejecutar futuros engaños, como por ejemplo, hacerse pasar por esa persona como arrendador de su próximo contrato. Esta circunstancia ocasiona aún un mayor problema para el denunciante que encima de ser estafado, a posteriori, puede ser denunciado cuando otro afectado dé cuenta de su identidad a la Policíacomo la persona que firma el contrato y, por tanto, le ha engañado. Entonces, tendrá que demostrar que no ha cometido ese delito.

También estos delincuentes llegan a usar los DNI de sus víctimas para abrir líneas de teléfono. Suelen usar tarjetas prepago para no formalizar contratos con las compañías.

Las webs especializadas en alquileres inmobiliarios online conocen que muchos estafadores actúan utilizando sus webs o usan sus logos y supuestos mails corporativos para llevar a cabo sus planes. Tanto es así que muchos de estos portales previenen a sus usuarios de los riesgos que existen en este mercado debido a estas prácticas fraudulentas denominadas 'phishing' o 'spoofing'.

Es el caso por ejemplo de la compañía Airbnb que ha llegado a crear incluso un apartado específico en su web donde alertan del peligro. «Si recibes un correo electrónico o se te redirige a un sitio web con un aspecto similar al de Airbnb donde se te solicita información confidencial, te rogamos que tengas mucho cuidado», advierten.

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