REPORTAJE

La adicción a la cocaína repunta en Cádiz

Vuelve a ocupar el primer puesto en las atenciones que se dan en los centros de drogodependencia de la provincia, superando al alcohol

MARÍA ALMAGRO

Casi a diario se informa de operaciones policiales en las que se intervienen sustancias estupefacientes. La provincia de Cádiz además es una de las más castigadas por esta lacra debido a que su situación geográfica la convierte en uno de los puntos más activos del país en cuanto al narcotráfico. Aunque gran parte de esa droga tiene otro destino, mucha otra se queda aquí. El tráfico de estos opiáceos existe porque hay demanda y tras este negocio se encuentran consumidores, personas que quedan atrapados en unas adicciones que son difíciles de superar.

El Servicio Provincial de Drogodependencia s, adscrito al área de Igualdad y Bienestar Social de Diputación, se encarga de tratar a personas que tienen esta adicción y otras.

Según los datos que recoge su memoria anual el total de casos admitidos a tratamiento en la provincia (admisiones y readmisiones), incluyendo centros concertados, supone una cifra algo superior a la del año anterior, con 3.247 usuarios, un 16,82 por ciento del total de los admitidos en toda Andalucía (19.296). En 2016 los casos fueron 3.150.

Y sobre estas atenciones que se ofrecen son, según los datos arrojados por el servicio, el conjunto de las sustancias psicoactivas ilegales la que está generando una mayor demanda. Los casos por adicción a la cocaína ocupan el primer lugar, 875, un 26,9 por ciento sobre el total y los derivados de opiáceos y la mezcla de heroína y cocaína algo más del 18%.

Alcohol, segundo

El repunte sobre el consumo de cocaína supone más de la cuarta parte de los inicios a los tratamientos. Dicho aumento ha supuesto que las atenciones a adictos por cocaína vuelvan a ocupar el primer lugar, postergando al alcohol a una segunda plaza con un 24,94 por ciento, después de varios años. Según los datos del Servicio Provincial de Drogodependencias, el número de casos de personas que tienen problemas con esta droga se aproxima a los atendido en 2011. El pico más alto se tuvo en el año 2008, con 1.230 casos.

Por otro lado hay que tener en cuenta que también se tratan a adictos a 'rebujao' (mezcla de heroína con cocaína). Estos suman 608 casos.

Por su parte, el cannabis sigue descendiendo tras el incremento imparable de demandas de tratamiento que tuvo en años anteriores. Ahora suponen algo más del 16 por ciento del total. El informe advierte que este retroceso puede estar relacionado con el cambio en el procedimiento de remisión de sanciones, porque, aunque entró en vigor en 2015, ha sido a lo largo de estos años últimos donde se ha constatado dicha merma.

En Andalucía las demandas de tratamientos por las distintas adicciones principales reflejan los siguientes porcentajes:alcohol 28,81%, cannabis 10,55%, cocaína 27,05%, y derivados de opiáceos y mezclas con cocaína, 14,72%.

Un 90% de los usuarios por adicción a la cocaína son hombres con una media de edad de 35 años

En cuanto a los sexos de los usuarios de estos tratamientos, en términos generales, la mayoría de las demandas son de hombres en un 84 por ciento, a excepción de las atenciones por tabaco donde existe un equilibrio entre varones y mujeres.

Entrando en detalle, los adictos a la cocaína por ejemplo que acuden al servicio son en un 91 por ciento, hombres, y casi en un 90, por heroína y rebujito. La mayor diferencia se da en tratamientos relacionados con la ludopatía donde la diferencia se dispara también de un 92 por ciento de hombres atendidos por esta causa frente a un siete en el caso de mujeres.

Por municipios se repite la tónica de años anteriores. Son los centros situados en Jerez, San Fernando, Algeciras y Cádiz capital los más destacados en cuanto a número de admisiones a tratamiento.

En cuanto a las edades de los solicitantes, el informe destaca que la media presenta importantes diferencia si se comparan unas sustancias con otras. Aún así, en términos generales, se observa un paulatino envejecimiento de la población que solicita tratamiento, siendo este 2017 el año que se ha tenido la media de edad más alta:38,90, frente a un 35,09 de hace diez.

Las personas atendidas por tabaco y alcohol presentan las edades media mayores (en torno a los 50 años), frente a las personas consumidoras de cannabis que son sensiblemente más bajas, sobre los 26. Los adictos a la cocaína tienen una media de 35 años, un dato similar al de otras memorias, y unos 40 los de heroína y rebujao.

En cómputos más generales, la edad de los consumidores de opiáceos sigue subiendo, situándose en torno a los 42 años.

Un dato que es bastante significativo es el relacionado con la situación laboral en la que se encuentran los usuarios de este servicio de ayuda a las adicciones. Según los datos recogidos, de los admitidos sólo trabajan un 24,8 por ciento de ellos.Esta situación es todavía más acusada en determinados tipos de pacientes como los que acuden porque tienen problemas con drogas más duras. Por ejemplo, los atendidos por heroína, en un 77% están en desempleo. Y los adictos a la cocaína, en más de la mitad de los casos son también parados.

Los atendidos por consumo de heroína están en desempleo en un 77 por ciento de los casos

En cuanto a los alcohólicos, un 45 por ciento está sin trabajo, y en cannabis, un 48%. En esta droga un 29 por ciento de los adictos están estudiando u opositando.

El nivel de estudios de la población atendida también resulta, según la memoria, «claramente deficiente». Un 58 por ciento sólo tiene estudios primarios o inferiores, marcándose más aún esta carencia educativa nuevamente en el grupo de opiáceos y rebujo donde llega a un 77 por ciento. En el juego y el alcohol sí se reparte más este porcentaje y un 28 y 17 por ciento, respectivamente de los usuarios han finalizado bachillerato o grado medio.

También es importante la situación familiar o social en la que se encuentran los usuarios del servicio de ayuda. En ocasiones proceden de familias desastructuradas o tienen problemas con la ley. Sin embargo, la mayoría de los nuevos casos que se dieron el pasado año conviven bajo modelos más normalizados (un 80 por ciento conviven o bien con la familia propia o de origen). Aún así, más de un 13 por ciento viven solos, un 9,74% están detenidos y un 4,27 lo hacen en otras situaciones.

La adicción a la cocaína repunta en Cádiz

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