REPORTAJE
2020, la pandemia y los cambios de rutas aminoran la llegada de pateras a Cádiz
Durante este pasado año han alcanzado la costa gaditana cuatro mil personas menos que en 2019, y 18.000 menos que en 2018
El control en las fronteras por la Covid y las redadas en Marruecos ha trasladado los puntos de salida hacia el Sáhara occidental y el destino, Canarias
Aunque no dejan de ser cifras y detrás de cada uno de esos números hay una historia, una persona, los datos sí ayudan a menudo a comprender y a analizar las diferentes situaciones que se van dando y cómo se pueden afrontar o prevenir. Las ... costas de Cádiz llevan durante años siendo testigos del drama de la inmigración irregular. Es una realidad. Pero este escenario ha ido fluctuando dependiendo de diversos acontecimientos y circunstancias que van cambiando según se van moviendo los hilos pero que todavía no han impedido que multitud de personas sigan intentando cruzar la estrecha frontera que separa África de Europa de forma irregular.
Este 2020 la llegada de pateras a las costas gaditanas ha continuado. Y todo indica que seguirá sucediendo. De momento, por muchos acuerdos, denuncias y políticas que se han puesto sobre la mesa, no hay visos de solución. Según datos facilitados por la Subdelegación del Gobierno de Cádiz, más de 1.865 personas intentaron entrar a territorio español por la vía marítima del Estrecho. El mes de mayor afluencia fue septiembre, con 44 embarcaciones (más de una por día), mientras que abril y mayo, en pleno confinamiento, solo se interceptó una patera con seis personas a bordo.
En estos últimos meses ha continuado el goteo con 19 embarcaciones rescatadas en octubre, once en noviembre y seis en diciembre. Muchas de ellas desembarcaron en Cádiz capital o San Fernando. Otras fueron auxiliadas en alta mar.
Ya en 2019 se produjo otro importante descenso, cuantificado en cifras oficiales en un 70 por ciento con respecto al año anterior. De 5.805 personas, según datos de Interior, a las 20.084 que desbordaron todos los recursos de atención y auxilio en 2018. Fue en noviembre de ese año, cuando se produjo uno de los sucesos más desgarradores que se han vivido en las costas de Cádiz, el naufragio de la patera de Los Caños que costó la vida a 23 personas. Sus cuerpos fueron arrojados descompuestos durante días por el mar en un escenario dantesco.
Sin embargo durante este 2020 aunque, como decimos las llegadas se han seguido produciendo, han sido muchas menos. ¿Y a qué se ha debido este descenso? Pues, según fuentes expertas consultadas por este periódico, las razones son varias. Algunas de ellas confluyen, otras se dan por sí mismas y tienen consecuencias directas.
Una de ellas, como ha ocurrido con casi todo, ha sido la pandemia . La alerta sanitaria también se activó en el norte de África con la restricción y el control de cualquier desplazamiento. Se cerró la entrada y salida al continente europeo, gravemente afectado durante todos estos meses por la Covid. Y aunque estos movimientos son irregulares y no se limitan por tanto a ninguna prohibición porque ya de por sí no están permitidos, el incremento de los controles fronterizos sí ha podido afectar, sobre todo al principio, al flujo de personas que intentaban salir de sus países. También a la actividad de las mafias que trafican con inmigrantes y que pudieron verse en situaciones algo más arriesgadas al ser detectados y poder perder su ‘negocio’.
Y este cierre de fronteras (intensificado por el coronavirus) de Marruecos con Ceuta y Melilla, el refuerzo de la seguridad en las costas africanas del norte, la mayor vigilancia en las vallas y el desmantelamiento de las campamentos de inmigrantes de los bosques y las grandes ciudades ha provocado que se busquen otros puntos de salida como son el sur de Marruecos o el Sáhara Occidental. Además el miedo al contagio también ha limitado los cientos de kilómetros que pueden llegar a recorrer muchas de estas personas que han preferido intentarlo desde costas más cercanas. Y así las pateras están partiendo desde otros puntos del litoral atlántico de Marruecos y el Sáhara Occidental hacia las islas Canarias, un trayecto mucho más largo y peligroso pero que está siendo ahora mismo el más frecuentado. La conocida como ruta de los cayucos que en 2006 rompió todos los récords y que este final de año también está desbordando los recursos de atención en las islas.
Todos magrebíes
Un hecho significativo en este sentido es que durante 2020 todos los inmigrantes que han llegado a las playas gaditanas o han sido rescatados en alta mar son de procedencia magrebí, cuando por ejemplo en 2018 una gran parte de los que eran desembarcados en puertos como los de Barbate, Algeciras o San Roque eran subsaharianos que procedían de países más lejanos del continente africano como Senegal, Argelia, Mauritania, Mali o Guinea, entre otros. En la actualidad estas personas están tomando esta otra ruta.
Y por otro lado están las negociaciones entre los países afectados. Los acuerdos entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el reino alauí se intensificaron tras la crisis migratoria del verano de 2018. Las redadas, controles y la presencia policial en ciudades como Tánger o Nador, puntos de salida de pateras, también se han reforzado desde que la Unión Europea enviara fondos comunitarios para tal fin.
También, según apuntan algunas fuentes, han cambiado los protocolos que se seguían en los rescates de Salvamento Marítimo y sus barcos ya no llegan hasta aguas marroquíes, limitándose a la zona marítima de su competencia.
Pero a pesar de todos estos condicionantes, el flujo migratorio irregular continúa. Según advierten desde colectivos humanitarios, estas personas seguirán huyendo de sus casas hacia Europa mientras que sigan padeciendo guerras, hambre y no sea en sus países de origen donde se busquen y encuentren las soluciones.