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«¿Cuántos he perdido?»

LA VOZ acompaña a una pareja de la Guardia Civil en un coche camuflado durante una mañana y observa que los conductores de la provincia se preocupan más por los puntos del carné que por el coste de la infracción

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Se abrieron las puertas de la Guardia Civil de Tráfico. Eran las diez de la mañana. De su interior salió un vehículo sin ningún distintivo a simple vista para el conductor infractor. Empezó el dispositivo de un sábado normal. Tres patrullas recorrieron las carreteras de la provincia para que se cumpliera la normativa y se consiguiera viajar con la máxima seguridad. El recorrido de uno de ellos fue la A-48. Al ser un coche camuflado su misión difirió de uno visible. Su ojo avizor no se encargó de las alcoholemias o de los excesos de velocidad, pero sí de los adelantamientos indebidos, el uso de la telefonía móvil, la falta del casco o el empleo del cinturón de seguridad, entre otros.

Los protagonistas, dos agentes de la Guardia Civil de Tráfico -el jefe accidental del Destacamento de Cádiz Cid y su compañero Gilés- vestidos de uniforme. Arrancaron el motor y empezaron a tomar el pulso de las carreteras gaditanas que desde la entrada en vigor del carné por puntos se vive con «más respeto», debido a que hoy por hoy «hay miedo a la denuncia», aseveró Cid a lo que apostilló su compañero de andanzas Gilés: «La gente pregunta más cuántos puntos ha perdido que la cuantía económica por la infracción, algo que es curioso».

PRIMERA INFRACCIÓN

«La gente olvida guardar la distancia»



El reloj marcó las 10.30 horas. Los agentes campearon por la N-340. Un coche marca KIA de color gris metalizado fue el primer cazado. No guardó la distancia y pisó la línea continua con el propósito de adelantar. Al final desistió de ello aunque lo intentó en un cambio rasante. El vehículo se detuvo frente a un establecimiento antes de que los agentes se identificasen con las señales luminosas. Ellos hicieron lo mismo y procedieron a comunicarle la denuncia. Era un extranjero de nacionalidad alemana. Viajaba con la familia y andaba despistado con plano en mano; sin embargo, sus imprudencias no le libraron de ser denunciado. Antes Cid le explicó lo que había hecho y procedió más tarde a rellenar la denuncia, aunque las infracciones en esta ocasión fuesen leves. Si hubiera invadido en su totalidad el carril de la izquierda su infracción habría sido grave. El visitante tuvo que abonar 63 euros en metálico, cantidad que comunicaron a la Jefatura.

Mientras Gilés comentaba que a tenor de lo visto en la carretera que «las maniobras de adelantamiento indebido se han reducido bastante aunque la gente olvida guardar la distancia de seguridad llevándose el trofeo el sector de los repartidores». Además, han observado como la gente pisa menos el acelerador con el carné y más se verá con la aprobación de Consejo de Ministros de reformar el Código Penal que penará el exceso de velocidad y el alcohol con cárcel.

De sus manos, muchos antes, se libró un conductor de un 406 rojo que iba hablando por el móvil mientras se perseguía al alemán. Una infracción por la que se han interpuesto, hasta el pasado 12 de junio, 35 denuncias con la pérdida de 105 puntos en la provincia.

SEGUNDA IMPRUDENCIA

«Avisan con las luces de los vehículos»



Se tuvo que proseguir el camino. Cid contemplaba a los conductores mientras su compañero conducía. Miraba si encontraba a alguno sin cinturón, pero desde la implantación su mirada se encuentra con menos infractores a pesar de que las estadísticas digan que es por lo que más se pierde puntos.

Decidieron hacer un alto a pie de suelo en la N-340 a la altura del kilómetro 38, un tramo conflictivo que ha visto como las imprudencias sesgaban vidas. Dos jóvenes de Jerez de un Clio gris metalizado recorrieron doce metros de línea continua. Una infracción que no manchó su historial de puntos mientras los conductores avisaban a sus aliados en la carretera «con las luces de los coches» para indicar que muy cerca estaban los agentes de la Guardia Civil. Eran aproximadamente las 11.45 horas.

ALTO A UN TERCERO

Falta grave, pero sin pérdida



Vuelta a la carretera. Regreso a Cádiz. En esa A-48, un Nissan Almara fue denunciado por no abandonar el carril de la izquierda casi tres kilómetros tras la realización de una incorporación indebida e ir por un trayecto a 80 kilómetros por hora. Llevaba el cinturón y había pasado la ITV. Los agentes le pidieron que se detuviese con el encendido luminoso: «Alto. Guardia Civil de Tráfico». Echaron mano del manual para comprobar si era motivo de puntos, pero la suerte le acompañó. Su expediente quedó impoluto a pesar que la denuncia era grave pagando 150 euros. Sin embargo, el conductor sólo preguntó por los puntos que perdería y el dinero pasó a un segundo plano.

Un mañana, definida en el argot profesional de «tranquila». El pasado viernes en el intervalo de la lluvia Cid y otro compañero interpusieron siete denuncias de las que tres fueron por puntos. Éstos se sumarán al total de denuncias formuladas por infracciones graves y muy graves que ascendían hasta el pasado 12 de julio a 1.596 puntos.

Un servicio que realiza una plantilla de 34 profesionales, que en verano se amplía en siete personas con un dispositivo de tres patrullas por la mañana y la tarde y una, por la noche en un día normal para aumentar los fines de semana. Así, una pareja en un día pone «una media de ocho o diez denuncias», pocas si se tiene en cuenta que con más de uno el sábado fueron permisivos en una provincia donde sus conductores han perdido nueve como máximo, pero no doce.