Don José María
Actualizado: GuardarLos que peinamos ya algunas canas todavía podemos recordar a don José María Pemán por nuestras calles de Cádiz. don José María, como realmente era conocido entre nuestros conciudadanos, formó parte durante su dilatada vida del paisaje urbano y cultural de nuestra ciudad. En estos días, que se cumplen veinticinco años de su fallecimiento, aún no se han borrado de nuestras retinas las imágenes de su presencia en cualquier acontecimiento de la ciudad. Acudía al cine acompañado de algunos de sus familiares mas íntimos con la naturalidad y el reconocimiento de los que ocasionalmente lo rodeábamos. Se le podía ver en conferencias, coloquios o cualquier acto social departiendo con todos con la afabilidad que siempre le caracterizó.
No soy el mÁs apropiado, y menos desde estas líneas, para hacer un panegírico de su buen hacer literario a veces no valorado suficientemente. A lo que si me atrevo es a recordarlo como gaditano, amante de su ciudad y defensor de todo los valores culturales que encierra. Se preocupó junto su hermano don César de refundar la cofradía de la Buena Muerte dotándola de la austeridad y recogimiento que la caracterizan actualmente. Fue el impulsor de los cursos de verano de nuestra ciudad allá por los años cincuenta, y entre sus colaboradores mas íntimos cabe destacar a don Jesús Ramos Martín. Con su constante apoyo y esfuerzo, se mantuvieron y han llegado a ser algo de lo se enorgullece hoy nuestra UCA. Su asistencia permanente a los actos que se celebraban en el vetusto patio de la vieja Facultad de Medicina, los engrandecía garantizando así su continuidad y prestigio. Tampoco podemos olvidar su gran inquietud artística. Consiguió reunir a gran cantidad de amigos o conocidos y formaron una compañía de teatro con la que él, como parte integrante del elenco de artistas, representó multitud de obras. Recuerdo, como si fuera ayer, la puesta en escena de El divino impaciente que se realizó en su Teatro de Verano protagonizada por Joaquín Piserra y Diego Solorzano y con la participación de Venancio González, Fernando Muñoz, Manuel García Ceballos y otros gaditanos y gaditanas que componían el reparto.
Cuando falleció don José María y al conocer la intención de mantener su casa de la Plaza de San Antonio como centro de su legado literario, muchos pensamos que se respetaría en su honor la biblioteca de la planta baja donde habitualmente, con su eterno secretario Antonio Llaves, escribió sus ensayos y artículos periodísticos hasta sus últimos días. Ese pequeño sancta sanctorum, que afortunadamente tuve ocasión de conocer, se perdió con la reforma integral a la que fue sometida la casa. Es una pena que no se mantuviera, sin ella, la casa Pemán ya no huele a don José María.