BRANDON ROUTH ACTOR

«Mi Superman es mucho más vulnerable, mucho más humano»

Un actor absolutamente desconocido encarna al nuevo superhéroe, que hoy miércoles llega a las carteleras españolas

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Gracias a su parecido físico con el malogrado Christopher Reeve, el desconocido Brandon Routh es el nuevo Superman. Antes de ponerse el traje de acero para encarnar al héroe por excelencia del cine norteamericano, Rout había aparecido en capítulos de las series Caso abierto, Will & Grace y Las chicas Gilmore, y también había trabajado como camarero. Hoy llega a España Superman Returns, secuela dirigida por Bryan Singer que le ha cambiado la vida.

Compartiendo protagonismo con Kevin Spacey y Kate Bosworth -Lois Lane-, este joven de Iowa dio una lección de entrega y profesionalidad cuando se enfundó el traje de Superman y se ocultó tras las gafas de Clark Kent. Y, aunque su parecido con Reeve es espectacular, asegura que fue su altura, voz y su talento lo que le llevó a convertirse en el gran superhéroe en la que es una de las películas más esperadas del año.

-¿No le dio miedo interpretar a un icono como Superman?

-Era muy consciente de la responsabilidad que asumía, pero eso no me asustó cuando tomé la decisión de aceptar el personaje. Sabía que era un responsabilidad enorme, pero también una gran oportunidad porque su legado es impresionante. Formar parte de una franquicia como ésta es un sueño hecho realidad. Y estoy encantado con la idea de volver a volar con el personaje.

-Para una generación Christopher Reeve es Superman y para los más jóvenes la referencia es la popular serie de televisión Smallville. ¿A que se ha agarrado usted?

-En Superman Returns se combinan las dos entregas anteriores. El guión es un homenaje al Superman que creó Christopher Reeves. Me he inspirado en su interpretación, incluso en algunas escenas le he imitado. Brian Singer me pedía que me ajustara las gafas como hacía él.

-¿Qué sintió cuando se vio por primera vez como Superman?

-Fue raro, muy raro. Rodamos el filme en orden cronológico, por lo que, al final, tenía mucha más confianza en mi mismo. Como actor viví mi propia aventura a través del personaje y eso me ayudó mucho emocionalmente. Me cuesta verme como Superman, es muy extraño, en cambio como Clark Kent me encuentro más cómodo.

-¿Sudó mucho para lucir con soltura la S más famosa del cine?

-No fue lo mismo verme con las mallas durante la prueba que cuando estábamos a punto de finalizar el rodaje. Hice pesas, yoga, pilates... El entrenador que me pusieron creó el Rope Yoga, una técnica que da forma a los músculos que rodean el estomago, y eso me ayudó a tener la fuerza para aguantar colgado de los cables y los arneses durante horas. En Australia, donde se filmó el largometraje, entrenaba cinco horas cada día. Puedo asegurar que en esas fechas estaba tan en forma como un atleta.

-¿Cómo le fue con Bryan Singer?

-Brian ha hecho dos entregas de X-Men, sabe perfectamente dirigir un filme de estas características. Yo soy un novato, me sentí muy bien en sus manos. He aprendido muchísimo de él porque es un director generoso, amable y gran conservador. Saber lo que opinaba en cada momento era muy importante para mí porque Brian tiene una gran visión y, además, se preocupa de todos los detalles.

-¿Le preocupa la atención que hay en estos momentos sobre su persona?

-No. Ser el centro de atención forma parte del trabajo del actor. Ahora tengo que aguantar las bromas de mis amigos y de mi familia, pero eso es fácil de llevar. Cuando tienes la oportunidad de interpretar un personaje que te cambia la vida, todo lo que sucede a tu alrededor es increíble.

-¿Su Superman es más de carne y hueso que los anteriores?

-Brian quería mostrar a un Superman vulnerable, humano, lo que me ha permitido darle cierta madurez y mostrarle desde otro punto de vista. Superman esta tratando de encontrar su lugar en la Tierra y, aunque su papel sea el de proteger a la humanidad, también intenta ser feliz. Ese es el viaje del personaje. Personalmente, me encantó filmar las escenas en las que vuela porque quería hacerlo con elegancia y con una actitud de poder, que, en definitiva, es lo que le diferencia de Clark Kent.