La guerra privada del señor Putin
Actualizado: GuardarEn el Mar Caspio hay unas reservas de 17.000 millones de barriles de petróleo y gas natural, equivalentes a todas las del mar del Norte. Eso representa aproximadamente un 15% de las reservas mundiales. Pero ese mar es interior, y el crudo sólo se puede transportar y comercializar a través de oleoductos. Rusia ha explotado esos yacimientos mediante uno que atraviesa Chechenia y que es objeto de constantes sabotajes de los terroristas chechenos. En estos momentos hay cuatro proyectos de nuevos oleoductos y gasoductos en la zona. Están financiados por Irán, Turquía, Rusia y Estados Unidos. Este último tiene un coste de 4.000 millones de dólares y afecta a los intereses de 11 grandes compañías estadounidenses, entre ellas Amoco, Exxon, Penzoil y Unocal, esta última vinculada a la familia Bush. Para los rusos Chechenia, que se encuentra entre el Mar Negro y el Mar Caspio, es una de las 26 repúblicas autónomas de la Federación. Tiene 1.200.000 habitantes y sólo puede separarse si obtiene el voto mayoritario de las dos Cámaras o que así lo decida toda la población rusa en referéndum. En cambio para los chechenos, que no firmaron el Tratado de la Federación Rusa, su país es independiente tras el régimen implantado por Dudayev en 1991. Tiene Constitución propia desde 1993 y un 70% de la población practica el islamismo. En Chechenia han muerto desde 1994 alrededor de 130.000 personas. La última fue eliminada ayer. Se trata de Shamil Basáyev, el jefe de la guerrilla islámica chechena. Lo han matado los servicios secretos de Moscú, en una operación al estilo impuesto por Israel: el asesinato selectivo. Puede que acaben los sabotajes contra los oleoductos, acciones frecuentes que no llegan a conocerse en Occidente por la censura rusa y la connivencia estadounidense. Así que el petróleo podría bajar de precio. A lo mejor no para Europa, pero sí para quienes miran hacia otro lado para no ver la guerra privada del señor Putin.