ELEMENTOS PARA UN DEBATE

Cádiz Constitucional (1812-2012): el por qué de una conmemoración GASPAR ZARRÍAS ARÉVALO CONSEJERO DE LA PRESIDENCIA DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA

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Somos un pueblo cargado de Historia. Que hayamos sabido celebrar lo que vale de nuestro pasado y darle un sentido actual y una proyección de futuro, aprovechando para modernizar infraestructuras básicas y dar un salto hacia delante, ha sido uno de los grandes aciertos de nuestra Democracia. Y haberlo hecho, especialmente en Andalucía, con espíritu de consenso y cooperación entre todas las instituciones, es un activo de experiencia y saber hacer que forma parte de nuestro acervo democrático.

Hay que agradecer a la vicepresidenta De la Vega haber visto el valor pedagógico de conmemorar como un acontecimiento de primer orden el hecho político fundacional de la Libertad y la Igualdad en nuestro país. Una Carta Magna que, hace 200 años, fracasó políticamente, aplastada por las fuerzas más retrógradas, que una y otra vez truncaron nuestras ansias de modernidad. Pero que triunfó ideológicamente, sembrando la semilla de la Libertad en la península y en los pueblos iberoamericanos que la incorporaron a su propio desarrollo político.

Es fundamental que el bicentenario sirva para enseñar a las nuevas generaciones el largo, tortuoso y, a veces, trágico camino de la Libertad en España.

Que ésta no nos ha llovido del cielo, ni forma parte del paisaje. Que no nos la ha regalado nadie. Que los mejores de entre nosotros lucharon por ella, sacrificando incluso su vida. Que es nuestro bien más preciado. Que no es patrimonio exclusivo de nadie. Y que, si no es de todos -y, en la misma medida en que no lo sea-, pierde su valor.

La reciente creación de la Comisión Nacional confiere al evento un auténtico sentido de Estado, nacional e integrador: incorporando con altura de miras y generosidad a todas las instituciones y Administraciones involucradas. Comenzamos a trabajar con prontitud y con previsión de largo plazo -con seis años por delante-. Es decir, con margen para la planificación. Por ello, al darse estas premisas, la Junta de Andalucía participará de forma decidida y entusiasta. Para lograr tres grandes objetivos. El primero de ellos, que en 2006, Cádiz sea el centro nacional e internacional del constitucionalismo; es decir, de la reflexión intelectual sobre las garantías de la Libertad, los Derechos Humanos y la Democracia en nuestro tiempo. En segundo lugar, que la conmemoración tenga una relevancia política internacional concreta, gracias a la oferta del Gobierno para que Cádiz sea anfitriona de la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. Y, asimismo, que el Bicentenario sirva de proyecto catalizador y aglutinante institucional para un salto cualitativo en el desarrollo económico de Cádiz, movilizando las inversiones públicas necesarias.

Para lograr estos objetivos, estamos decididos a convertir a Cádiz en la sede de un gran Centro de Estudios Constitucionales e Iberoamericanos, un centro intelectual de prestigio internacional dedicado al estudio, el debate y las iniciativas relacionadas con el constitucionalismo y la promoción de la Libertad y la Democracia. Por otro lado, en cuanto al desarrollo económico, la Junta acepta un triple reto: 1) dar un impulso decisivo a las infraestructuras de transporte y comunicaciones de Cádiz y su Bahía: tanto el transporte metropolitano (tranvía o metro ligero), como la conexión marítima, y la ferroviaria, con la llegada del AVE; 2) colaborar a fondo en todos los proyectos de rehabilitación del patrimonio histórico, y de mejora y ampliación de las instalaciones culturales, universitarias y de investigación; y 3) reforzar los equipamientos sanitarios y sociales, empezando por la construcción del nuevo Hospital (un compromiso del Presidente de la Junta). No escatimaremos ni nuestra experiencia, ni nuestra voluntad, ni los recursos precisos para que, con la colaboración de todos, Cádiz sea, en 1812 y durante mucho tiempo después, un faro del constitucionalismo y un foco de dinamismo económico y cultural en su zona de influencia.

Pero, además, queremos que ése mismo año 2012, la conmemoración de nuestro primer ensayo de Libertad sirva para lanzar dos fogonazos brillantes e iluminadores en su nombre. En primer lugar, enseñar a nuestros jóvenes, a los que nunca la han visto alumbrar, que el destello de la Libertad ni es de origen natural ni es jamás definitivo: que surge del esfuerzo, del sacrificio, del cuidado y del compromiso constante de los hombres y mujeres que no pueden vivir sin su luz. Porque, así como «la Pepa» no vivió mucho tiempo (apenas estuvo vigente unos pocos meses), pero nos ha iluminado durante 200 años, nuestra obligación es transmitir a otros, a los que vienen detrás, la experiencia de la Constitución de 1978 (¿la nieta de «la Pepa»!). Y, en segundo lugar, queremos contribuir, en la medida de nuestras fuerzas, a hacer algo efectivo a nivel internacional para extender la influencia del ejemplo y la lección histórica de la Constitución nacida en Cádiz en 1812: el ejemplo y la lección de la Libertad, que es medio y fin del desarrollo humano.