
«La Iglesia española vive momentos de perplejidad e inquietud»
Actualizado: GuardarLa Iglesia está preocupada por la salud ética de la sociedad española y perpleja e inquieta, como la ciudadanía en su conjunto, ante un tiempo de mudanza de valores y caída de la espiritualidad. Lo dice el presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez (Ávila, 1942), quien confía en que la visita de Benedicto XVI sirva para difundir mejor el mensaje de «un líder mundial que anuncia valores éticos muy importantes» y suavizar las tensiones con el Gobierno de Rodríguez Zapatero. De la Iglesia española y las expectativas abiertas con la visita del Papa habla Monseñor Blázquez en una entrevista concedida a este periódico.
-¿Cuál es su diagnóstico del estado de la Iglesia española que se va a encontrar Benedicto XVI? ¿Es España un país de tradición católica pero que busca su identidad religiosa?
-Hacer un diagnóstico requiere tocar muchos aspectos a los que ni siquiera algunos estudios sociológicos parciales llegan. Creo que vivimos todos, sociedad e Iglesia, un momento de perplejidad e inquietud. Nos hacemos una gran pregunta: ¿qué nos pasa como sociedad española y como iglesia en España? Me parece que un diagnóstico claro no es fácil, porque las manifestaciones de la fe en nuestra sociedad tienen sorpresas. Y no sólo hay datos estadísticos: también nos muestran cosas los contactos que cada uno tenemos, en las parroquias, en las conversaciones con la gente. Estamos, creo, en una situación de movilidad en cuanto a la religión.
-Pero hay datos objetivos: menos gente en las iglesias, rechazo de una parte de los padres a que sus hijos reciban la asignatura de Religión, un porcentaje creciente de la sociedad que ya no se considera católica... ¿Dibuja todo eso un momento especialmente delicado?
-Lo primero que quiero decirle es que en las encuestas antes de nada hay que ver qué se pregunta. Con estudios meramente sociológicos no es fácil llegar al discernimiento de estas cuestiones, lo que no quiere decir que no sean una aproximación legítima. En cuanto a otros datos, me decía que se ha reducido la participación en la misa de los domingos: eso es claro, pero hay que preguntarse también en qué medida incide la movilidad social del fin de semana, el hecho de que después de una semana laboral a veces trepidante, las familias se van fuera... Otro aspecto que me parece importante es el de que las misas están poco equilibradas por edades. Hay muchos jóvenes a quienes les esperamos.
-Esa escasez de jóvenes en la misa dominical es algo que, por sus consecuencias a largo plazo, debe preocupar muy seriamente a la Iglesia.
-Sí, pero a mí me parece que debe preocupar también a la sociedad. Examinemos de cerca cuál es la ocupación o la diversión de los jóvenes el fin de semana. Uno que haya estado la noche entera del sábado al domingo en una discoteca no es ya que no vaya a misa, es que ni siquiera está con su familia al día siguiente.
-¿Qué cree que Benedicto XVI pide a la iglesia española este proceso acelerado de secularización?
-Podemos imaginar por dónde va a ir el mensaje del Papa. Es evidente que una parte importante tratará sobre la familia, que es en nuestra sociedad la institución mejor estimada por todos y al mismo tiempo padece envites muy serios desde la cultura, la misma forma de vivir y la legislación.