Criaturas financieras
Actualizado: GuardarSi hay en el mundo ejecutivo un cargo que imprima carácter, ese es, sin duda, el de alto dirigente de una entidad financiera, crediticia o bancaria, con independencia que la institución pertenezca al sector privado, al público o respire entre ambos, en lo que podríamos llamar polvareda de lo semipúblico.
Por añadidura, el poder político (Economía y Hacienda), que tiene que torear esta corrida dura del poder financiero y bancario sufre con frecuencia la insoportable metástasis de un sector tan arrogante y reaccionario y de fidelidad tan quebradiza.
La Junta de Andalucía tiene una amplia experiencia al respecto. El presidente Chaves, por ejemplo, vivió probablemente las horas más amargas de su vida política cuando los entonces presidentes de las dos cajas sevillanas (Caja San Fernando y Monte de Piedad), los entonces militantes socialistas Juan Manuel López Benjumea e Isidoro Beneroso -máxima referencia de la plataforma Andaluces levantaos, ideada por Arenas Bocanegra-, se negaron en redondo a dimitir de sus respectivas presidencias. Dios y ayuda le costó a Chaves sacar a ambos de las dos entidades.
Y es que todos, los dos citados expulsados del PSOE, el recién dimitido presidente de El Monte, Bueno Lidón; el todavía presidente de Caja San Fernando, el socialista Luis Navarrete, los altos ejecutivos de CajaSur, con su reverendo ex presidente al frente, e incluso el agudo e irónico Antonio María Claret, presidente de la General de Granada, hablan, cuando se ponen solemnes, como hablaba aquel tipo que respondía al nombre de Mario Conde, o aquellos primos de gabardina blanca que eran más conocidos por sus aventuras sentimentales que por sus actividades financieras. Y sumen a esos nombres los de Solchaga, Boyer, Rato, Griñán, Álvarez, etc., entre otros, y tendrán un amplio santoral de ilustres que se sintieron centro del mundo sin caer en la cuenta que desde que existe Internet, ese centro del mundo es la propia Red. Con todo, seguiremos alumbrando nuevos mesías de lo fútil y lo aparente. Y, además, el Mundial se acaba. Qué dura es la vida contemporánea.