«Llevamos tres años luchando por un ascensor»
Antonio, conocido por todos como Kiko, es uno de los personajes más queridos de Barbate y un hombre preocupado por los demás
Actualizado: Guardar-¿Qué actividades se realizan en el Hogar para los mayores?
-Aquí hacemos de todo. Tenemos muchos talleres y cursos como de bailes de salón, mantelería, manualidades, risoterapia... Además, disponemos de una peluquería, sala de billar, una biblioteca con televisión donde vemos los toros y el fútbol, y un salón de juegos donde los mayores se reúnen para echar las partidas de cartas y dominó. Contamos con servicio de ATS que viene todos los miércoles a tomarnos la tensión. Organizamos campeonatos de billar y dominó y todos los años le entregamos una placa al más mayor del Hogar.
-También hacen viajes fuera, ¿no?
-Sí, claro. Yo no voy, pero se suelen hacer un par por mes. Por ejemplo, las mujeres del Hogar estuvieron el miércoles pasado en Sanlúcar y Chipiona. En septiembre hay previstos viajes a Lourdes y a Benidorm. No hacemos más porque no nos conceden más subvenciones.
-¿Cuáles son los principales problemas del Hogar?
-El mayor es la falta de un ascensor por el que llevamos luchando tres años. Ya tuvimos una entrevista con el Defensor del Pueblo y recogimos 1.500 firmas ,pero nos dijeron que no había dinero, porque nosotros queríamos que el 50% lo pagara la Junta. Este lunes vamos a ir a hablar, de nuevo, con la consejera de Bienestar Social.
-Usted fue presidente de la Cofradía de Pescadores durante 24 años. ¿Han cambiado mucho las cosas desde aquella época?
-Yo fui presidente de la Cofradía durante la Transición pero en cuanto a la pesca todo era más fácil. Barbate es un pueblo que se ha hecho con Marruecos y ahora no es ni la sombra de lo que fue. En mis años sólo faenábamos en la costa marroquí y aquello era una fuente inagotable. En el antiguo puerto los camiones hacían largas colas porque no daban abasto a cargar pescado. Ahora el caladero de Cádiz está mal y tenemos la esperanza de volver a Marruecos. Aunque también nos encontramos con que los jóvenes no quieren la mar.