El imán Abú Omar imparte una clase a un grupo de alumnas en una calle de Milán. / REUTERS
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Detienen a un jefe del espionaje italiano por ayudar a la CIA a secuestrar a un imán

La Fiscalía de Milán arresta al 'número dos' de los servicios secretos y a un general El Gobierno de Berlusconi siempre negó su implicación en el polémico caso

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El polémico caso del secuestro del ex imán de Milán Abú Omar en febrero de 2003, atribuido a la CIA por la Fiscalía de la ciudad italiana desde hace un año y nunca negado por la agencia estadounidense, dio ayer un inesperado giro porque por primera vez también tocó de lleno a los servicios secretos italianos, el Sismi, que habrían colaborado en la operación. Ayer fueron detenidos el 'número dos' del servicio de espionaje, Marco Mancini, director de operaciones de la institución, y el general Gustavo Pignero, ambos bajo la acusación de colaboración en secuestro y abuso de poder.

De este modo, quedan en entredicho los tres desmentidos oficiales de la participación de Italia en el secuestro que hizo el anterior Gobierno de centroderecha de Silvio Berlusconi desde que estalló el escándalo. Así como las conclusiones, que descartaban cualquier implicación italiana, de la comisión parlamentaria de control de los servicios secretos, que en teoría investigó el caso. El entonces ministro de Justicia, Roberto Castelli, incluso se negó el pasado abril a tramitar la petición de extradición que solicitó la Fiscalía de Milán de los veintidós agentes de la CIA presuntamente involucrados. Sin embargo, está claro que la interpretación de los hechos ha cambiado tras las elecciones de mayo ganadas por Romano Prodi, quien prometió aclarar el asunto.

La orden de detención de la Fiscalía también se extiende a cuatro ciudadanos estadounidenses más: tres agentes de la CIA y un militar actualmente destinado en la base de la OTAN en Aviano, al nordeste de Italia. Como el resto de sus colegas, ninguno de ellos ha sido localizado. Entre los nuevos acusados se encuentra incluso el que era el jefe de la CIA en Italia, Jeff Castelli, que regresó a Estados Unidos y en este momento tiene un cargo en la base de Langley.

Hassan Mostafá Osama Nasr, llamado Abú Omar, refugiado político egipcio y ex imán de la mezquita milanesa de Viale Jenner, desapareció el 17 de febrero de 2003. De 43 años, casado y con dos hijos, fue abordado por agentes de la CIA en pleno día en una calle de Milán e introducido en un furgón, según la reconstrucción de los hechos de la Fiscalía milanesa avalada por el Consejo de Europa. Uno de los responsables de la operación era incluso el ex cónsul norteamericano en Milán. Las primeras investigaciones y las revelaciones de la prensa obligaron ya en enero de 2004 al Gobierno de Berlusconi a afirmar que los servicios secretos no estaban al corriente de la operación. En noviembre de 2005, la Fiscalía pidió al Ejecutivo que tramitara la extradición de veintidós agentes de la CIA supuestamente relacionados con el caso, pero el ministro de Justicia, Roberto Castelli, congeló el expediente durante cinco meses para acabar negando su autorización antes de dejar el cargo por el fin de la legislatura.

En paradero desconocido

En abril de este año, el diario egipcio independiente 'Al-Masri al-Yom' publicó una declaración de Omar ante un tribunal de El Cairo, en la que relataba el secuestro, pero él sigue en paradero desconocido y el Gobierno egipcio nunca ha llegado a reconocer ni siquiera que esté en el país. En el frente interno, los datos que iban saliendo a la luz y las investigaciones de los diarios italianos salpicaban cada vez más al Sismi. Los últimos desmentidos del Ejecutivo de Berlusconi son del pasado 11 y 12 de mayo, con una nota oficial y una declaración del entonces ministro de Defensa, Antonio Martino. Ambos insistían «con el mismo vigor y fuerza de siempre» en la «absoluta extrañeza» del Sismi con respecto al caso Abú Omar.