PENSATIVO. Briatore defendió la acción de Giancarlo Fisichella durante la carrera.
Polideportivo

Briatore salva la cara a Fisichella

Fernando Alonso evitó pronunciarse sobre el adelantamiento del italiano, amparado por el equipo

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En el calor achicharrante de Indianápolis, frente a la carpa de publicidad Renault, con una indisimulable tensión ambiental, Fernando Alonso se mordía la lengua para evitar que su hervidero interior arrojase grandes titulares para la prensa. Por más que se le insistió, el campeón del mundo no lanzó veneno sobre el adelantamiento de Fisichella (actor secundario en el Mundial, frente al líder del mismo) amparado por la dirección del equipo.

«¿Hay órdenes de equipo para ceder el paso si el otro piloto va más rápido?», se le pregunta al español. «Más o menos -responde-. No voy a decir nada. No llevaba limitador de vueltas. No quiero entrar en el tema». «¿Estos asuntos se hablan antes, después, se dejan pasar?», vuelve la cuestión. «No se habla, se sobreentiende que tiene que ser así», dice Alonso.

Detrás de la homogeneidad de la publicidad común, de los colores uniformes, de la competencia en un mismo equipo, la Fórmula 1 esconde un individualismo feroz, en el que el primer enemigo es el propio compañero de escudería, el primero al que hay que superar.

Alonso sale de la gira americana con un balance extraordinario si se compara con el pasado. Cero puntos en 2005, catorce en 2006. «Estoy muy satisfecho. No se puede ni ser tan optimista como en Canadá ni tan pesimista como hoy. Hay que mirar las carreras con más perspectiva. Después de Barcelona tenía 19 puntos de ventaja, y ahora sigo con 19 puntos, pero con cuatro carreras más». Eso sí, Indianápolis lo tiene atravesado. «Ya, es así. La razón son las gomas. No hay otra. Tuve una evidente falta de agarre y no fue posible mejorar. Después de los Ferrari y los Toyota (ambos montan Bridgestone), Renault ha sido la primera con Michelín». Flavio Briatore lucía el mismo bronceado de siempre, aunque ayer tenía el gesto endurecido. Jamás da la impresión de estar satisfecho, y ayer mucho menos. Cuando le cuestionaron por la táctica de Fisichella, el piloto italiano comenzó a andar, intentando espantar periodistas. «Era imposible aguantar la situación, porque había una gran diferencia de velocidad a favor de Fisichella. Ya se vio, 30 ó 40 segundos más rápido... Hay que proteger a Fernando cuando hay alguna posibilidad de protección. Pero cuando no la hay, es imposible».