PERPLEJO. Casper no se creía que hubiera ganado. / REUTERS
Polideportivo

Casper gana el primer 'sprint' masivo

El maillot amarillo pasa a manos del norteamericano George Hincapie, íntimo amigo de Lance Armstrong y compañero suyo durante sus siete Tours

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Jimmy Casper, cara afilada, un aro colgando en cada oreja, es uno de esos hombres rápidos con los que nunca se cuenta a la hora de dar favoritos en una llegada del Tour de Francia, incluso de carreras de un cierto nivel que resulten propicias para un 'sprint'.

En ningún pronóstico para poder ganar la primera etapa de este Tour aparecía este corredor francés que después de estar seis años en La Française des Jeux decidió marcharse en 2004 al equipo Cofidis. «El sprint se ha lanzado muy rápido y me he colocado muy bien, sin ningún problema para poder situarme por delante. Al cruzar la línea de meta tenía la impresión de que había ganado, pero tampoco estaba seguro. Ha sido muy apretado», manifestaba un Casper que lograba su primera victoria de etapa en las seis participaciones que ha tenido en el Tour. En 2004 finalizó en última posición, farolillo rojo, y el año pasado no participó en la prueba. «Ha sido una llegada extraña. Soy un corredor de rachas. En 1999, en la Vuelta a Alemania, le gané cuatro sprints a Zabel. A ver si ahora vuelvo a coger esa racha».

Casper fue de los pocos que no tuvo problemas en una llegada bastante complicada en la que el primer líder de este Tour, Thor Hushovd, sufrió un corte en el brazo derecho al acercarse a la valla y cortarse con una de las manos gigantes que dan de propaganda y que los aficionados agitan muy cerca de los ciclistas. Teniendo en cuenta a la velocidad a la que van no es de extrañar que se produjese ese corte, profundo, pero sin consecuencias graves. Le perjudicó ese percance, pero tampoco hubiera ganado puesto que fue de los que se quedó encerrado, como Tom Boonen, que en cuanto vio que no tenía posibilidades de ganar se dejó ir para no malgastar fuerzas, aunque quizá hubiese podido remontar. La sangre de Hushov fue a parar a la cara de Óscar Freire, que cuando llegó a la meta daba una impresión lastimosa, parecía herido, pero la sangre que llevaba en la cara no era suya, sino del ganador del prólogo. Boonen explicó tras la llegada que se equivocó al lanzar su ataque demasiado lejos por lo que «cuando me vi delante no supe qué hacer. Si hubiese seguido no habría ganado. Quedaban muchos metros por delante». Los sprinters, los buenos, son unos maniáticos de las distancias. Si se equivocan a la hora de arrancar, adiós. Y eso le pasó al campeón del mundo. Casper salió por el lado menos conflictivo de la llegada y logró algo que parecía impensable: ganar.

Líder sólido

La victoria de Casper no fue la única sorpresa del día. George Hincapie, el amigo íntimo de Armstrong, que estuvo en los siete Tours que ganó Lance, se hizo con el primer puesto de la clasificación. Tras la retirada del heptacampeón, Hincapie pasó de ser el líder del equipo para las clásicas a ser el líder del equipo. Ayer se convirtió en el cuarto corredor estadounidense en vestirse de amarillo en el Tour . Lance Armstrong, Greg Lemond y David Zabriskie le antecedieron. ¿Es un posible aspirante para poder ganar el Tour? No hay que descartarlo. La progresión de los corredores americanos en los últimos tiempos es enorme y en el último Dauphiné Liberé, quitando el Mont-Ventoux, Hincapie no ha desentonado en montaña.