Garzón vuelve a la Audiencia Nacional «con muchas ganas» de trabajar

Baltasar Garzón no perdió ayer el tiempo. Su avión aterrizó a primera hora de la mañana en Barajas procedente de Nueva York. Tras pasar por casa para una ducha rápida, el juez se presentó en la Audiencia Nacional a las 10.40 horas y sin asomo de jet-lag. Y, a pesar de la intensa mañana, tuvo tiempo para mantener un breve encuentro con los periodistas y afirmar que viene «con muchas ganas de trabajar» a pesar de que aseguró que estos meses, a través de la prensa, ha visto cómo España se ha convertido en «un país alterado». El juez, que se ha dejado crecer el pelo, aparecía con buen aspecto y «relajado», según sus propias palabras.

El magistrado, que ha estado los últimos 16 meses en Estados Unidos con una licencia de estudios, se dirigió directamente a la segunda planta del edificio, donde están los despachos del Juzgado Central de Instrucción número 5. Allí, su sustituto, Fernando Grande-Marlaska, todavía despachaba los últimos asuntos.

Garzón se dirigió entonces a las plantas superiores para comunicar su regreso al presidente de la Audiencia Nacional, Carlos Dívar. Media hora después volvió a reunirse con Grande-Marlaska con quien estuvo toda la mañana y luego almorzó en un restaurante. El instructor saliente le entregó el denominado alarde (informe sobre asuntos pendientes en el juzgado) y ambos departieron sobre los principales casos abiertos: Fórum Filatélico, suspensión de actividades de Batasuna y, sobre todo, los dos sumarios sobre la red de extorsión de ETA. Baltasar Garzón retomará estos asuntos este mismo fin de semana, ya que su juzgado se encuentra de guardia. Mientras Garzón vuelve a hacerse con el timón, Grande-Marlaska se cogerá diez días de vacaciones para relajarse tras el intenso trabajo de los últimos días a cuenta de la operación contra los cobradores del impuesto revolucionario.

Luego, este magistrado volverá a la Audiencia Nacional, pero no como instructor, sino como un magistrado más en la Sala de lo Penal del tribunal que preside el recién reelegido Javier Gómez Bermúdez. «Sabía que iba a volver», dijo el magistrado, quien desmintió de manera tajante los rumores que apuntaban a que el instructor había intentado buscar otros trabajos más allá de las fronteras nacionales. «No me ha sido difícil volver» señaló el juez.