ESTRELLA. Rooney bromea durante el entrenamiento. / EFE
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Inglaterra y Portugal disputan la revancha de la Eurocopa

Se cruzan en cuartos dos años después del soberbio duelo en el que Beckham lanzó un penalti a las nubes El Aufschalke Arena de Gelsenkichen, el estadio más distinguido y elegante del Mundial, albergará hoy un duelo de alto riesgo entre Portugal e Inglaterra, dos viejos enemigos que miden sus fuerzas con sabor a revancha de la última Eurocopa y el técnico brasileño Luis Felipe Scolari en el ojo del huracán por los métodos empleados por los lusos ante Holanda.

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Aunque el ambiente se haya calentado con declaraciones de unos y otros y el sensacionalismo de los tabloides británicos, que se inventaron incluso una entrevista con Pauleta, la tensión deportiva es una película infantil comparada con el terror que provoca la anunciada presencia de 80.000 ingleses sin entrada en una pequeña localidad de 278.000 habitantes.

Scolari se ha convertido en una especie de 'bestia negra' de los ingleses, con los que negoció su fichaje para reemplazar Sven-Goran Eriksson. Hace cuatro años, se impuso a Inglaterra (2-1) en el choque de cuartos de final del Mundial de Corea y Japón. Y hace dos veranos, de nuevo salió vencedor, esta vez con los portugueses. La noche de Da Luz se recordará porque Beckham pisó mal y lanzó a las nubes una pena máxima que hizo millonario al aficionado que recogió el balón.

Eriksson, criticado por el mal juego desplegado por un equipo comparado por su calidad con el que Alf Rampsey condujo al título en 1966, también sólo piensa en ganar a toda costa. «El fútbol es muy extraño. Costa de Marfil jugó muy bien. Ghana, Holanda, España, también. Pero, ¿dónde están hoy? Todos en casa. Nosotros no queremos eso», expone el ex entrenador del Lazio, seguro del desquite y molesto por las, a su juicio, «artimañas, pérdidas de tiempo y teatro» de los portugueses.

«No podemos caer en sus provocaciones», alertó a sus pupilos en una reunión. Además de comprobar que Rooney recupere la forma cuanto antes, el recuperado Neville no se resienta y la torcedura de tobillo de Lampard sólo sea un susto, le preocupa que Terry, Carragher y el portero Robinson vean una tarjeta que les deje sin jugar la hipotética semifinal. Antes, deberán superar a los portugueses.