FELICES. Buffon y Cannavaro se abrazan tras consumarse el triunfo. / EFE
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Italia supera a Ucrania con suma facilidad

El tempranero gol de Zambrotta abrió la cómoda victoria de los transalpinos ante una Ucrania que lo intentó hasta el final

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Tras seis años de decepciones en el pelotón de los mediocres, Italia regresa a la élite para medirse el próximo martes a Alemania en una semifinal que a los clásicos hará rememorar el 'partido del siglo' que jugaron en México'70, con triunfo para los 'azzurri' por 4-3 en el estadio Azteca.

Y vuelve con su fútbol especulativo de toda la vida justo cuando vivía más atormentada, sacudida por un escándalo que ha puesto a todos bajo sospecha, desde el entrenador al portero. Las comparaciones son odiosas, pero ya conquistó el Mundial de España'82 cuando el país sufría un clima de corrupción generalizado. Por algo dicen que los italianos dan lo mejor de sí tras tocar fondo.

Frente a una Ucrania de Blokhin que bastante ha hecho con colarse aquí, los transalpinos demostraron que, gusten o no, saben competir. Hacen lo que consideran más conveniente en cada caso. Leer los partidos se llama eso en el argot futbolero moderno. Y en un torneo donde casi todo son finales, esa es una virtud innegociable.

Su cicatería les llevó a verse encerrados por los ucranianos, pero cuando éstos acariciaban el empate, cuando más cerca lo tenían, Luca Toni se estrenó en el Mundial y les dio la puntilla con dos goles. ¿Suerte? Sí, pero lo raro es que este factor casi siempre acompañe a los mismos.

Siempre prácticos

Italia es una selección camaleónica, que varía el método según el guión, aunque siempre construida desde la defensa. Esa es su idiosincrasia y no le ha ido mal. Ahora ataco, luego me petrecho, más tarde pierdo tiempo y, si es menestar, hago una falta táctica y vuelta a empezar. Y cuando estoy contra las cuerdas, acelero y me acompaña la suerte.

Un ejercicio de practicidad calculada que, a diferencia de España, no les permite encajar un gol cuando van ganando en las postrimerías del primer tiempo y con un tipo solo delante del portero. Aunque al final gane y engorde su palmarés, a Italia también hay que exigirle algo más, que no se dedique a a jugar con el exiguo 1-0. Se vio poco o nada amenazada y pensó quizá que tampoco era cuestión de desgastarse. Como mal menor, podría ser recibir el empate como castigo. Pero Ucrania se le subió a las barbas. Entonces, los de Marcelo Lippi decidieron que había que apretar de nuevo y Luca Toni disipó cualquier incertidumbre. Italia ya está en semifinales.