José Béjar: al lado de los que más sufren
Actualizado: GuardarAyer, festividad de San Pedro y San Pablo, se cumplió medio siglo de la ordenación sacerdotal de José Béjar Sánchez, un hombre sencillo y esperanzado que, dotado de una bondad natural, decidió entregar su vida a servir a nuestras Diócesis gaditana y ceutí desempeñando la gozosa tarea de anunciar el Evangelio y de invitar a los hombres y a las mujeres para que creyeran y vivieran las enseñanzas de Jesús de Nazaret.
Durante los últimos cincuenta años, este cordobés prudente y bondadoso ha convivido con los gaditanos, con los isleños y con los ceutíes, en plena comunión con los sucesivos obispos y en conexión con sus hermanos, los sacerdotes, prestando una permanente atención a los problemas más acuciantes de sus conciudadanos. La Eucaristía, el centro y la cumbre de su ministerio, ha sido y sigue siendo para él una intensa experiencia gozosa y -como me confesó cuando era coadjutor del la parroquia de San Antonio- el manantial de su dinamismo pastoral y de su servicio a la Iglesia y al pueblo. Convencido de que la conversación con Jesús es una de las grandes experiencias del ser humano donde el creyente descubre y realiza su vida a la luz de la vida y de la gracia- está persuadido de que la oración es, además, una de las herramientas más potentes para alcanzar la tranquilidad personal y para lograr la paz colectiva.
En esta ocasión me limito a destacar los dos rasgos de su perfil sacerdotal, dos características distintivas de su personalidad, que más me han llamado la atención: hago hincapié en su permanente actitud de conversión y en su entrega sin reservas a los inmigrantes. Con sus comportamientos coherentes y con sus palabras claras, el padre Béjar nos ha mostrado cómo también los sacerdotes han de mantenerse en un proceso de constante y de progresiva conversión, evitando acomodarse a una vida sin cuestionamientos y abriendo los ojos a la realidad de los que más sufren; más que como maestro, en su dilatada trayectoria pastoral, se ha mostrado como un testigo de la bondad y de la misericordia del Padre.
Convertirse, como es sabido, no es sólo cambiar de mentalidad sino, sobre todo, adoptar la visión y el estilo de vida de Jesús y aplicar el Evangelio como clave que traduce y orienta los comportamientos: es asumir el estilo de vida de Jesús, su pensamiento, sus sentimientos y, sobre todo, sus reacciones ante el dolor.
Durante estas cinco décadas, José Béjar Sánchez se ha entregado a los grandes y a los pequeños, pero, de una manera especial, ha atendido a los más necesitados. En Ceuta ha sido un abanderado de la ayuda a los inmigrantes y no ha regateado esfuerzo alguno para paliar un problema social tan lacerante y tan complejo desde el punto de vista social, cultural, político, religioso, económico y pastoral. En la actualidad, acompaña, escucha y atiende a los enfermos del Hospital de la Cruz Roja de Córdoba y recibe clases de rumano para entenderse con los inmigrantes. Con su sencillez característica, este hombre acogedor, austero, accesible y generoso ejemplifica la respuesta eclesial a las nuevas necesidades pastorales de los inmigrantes.
Su generosa ayuda nos ilustra cómo el seguimiento de Jesús y la fuerza del evangelio, trascienden los tiempos y siguen empujando a los creyentes para que, gozosamente, presten sus servicios a los demás. Su testimonio es la prueba más elocuente de la capacidad creativa de la caridad para colaborar con las personas de buena voluntad en la solución de los problemas más graves y más urgentes.
Con nuestra felicitación por este cumpleaños feliz, le transmitimos nuestro respeto, nuestra admiración y nuestra gratitud: ¿Qué cumpla muchos años más!