SOBRE EL CÉSPED. Kalinichenko (i) realiza una entrada sobre su compañero Nazarenko.
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Duelo a la defensiva

Italia confía en hacer valer su tradición y experiencia en las citas mundialistas ante Ucrania, la sorpresa de los cuartos que afronta el choque cargada de moral

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Italia y Ucrania, que accedieron a hurtadillas, sin brillo y de penalti a los cuartos de final de la Copa del Mundo, libran hoy un duelo de pragmáticos resultadistas en el que los tricampeones parten como indiscutibles favoritos por tradición y experiencia. El AOL Arena de la populosa ciudad portuaria de Hamburgo, conocido como el congelador de la Bundesliga por sus heladas invernales, aguarda con planchas de césped recién colocadas un choque caliente entre dos escuadras batalladoras que mimam la defensa sobre todas las cosas. Prueba inequívoca de ello es que, a una semana del Mundial, completaron sin goles un soporíÌfero encuentro de preparación en Lausana.

Sólo si recuperasen el brillo sus dos estrellas, Totti y Shevchenko, ambos mermados en el Mundial por recientes lesiones, un rayo de esperanza iluminaria el que se perfila como choque más especulativo de esta ronda. El del Roma se ha reconciliado con sus hinchas, que lo tenían en el objetivo de sus críticas, al marcar el penalti contra Australia que permitiÛ a los azzurri cumplir la tradición de estar entre los más grandes a cualquier precio. El error del español Medina Cantalejo en esa acción ha entrado, con todo derecho, en el escaparate de las vergüenzas del Mundial.

Ucrania y Sheva tambiÈn se sirvieron de los penaltis, de la decisiva tanda, para deshacer un insoportable empate a nada contra Suiza en octavos. Los helvéticos batieron el récord de ineficacia desde el punto fatídico. No anotaron ni uno y cayeron 3-0 ante un debutante que había entrado en todas las quinielas de los fracasados después de la humillante goleada que le asestó España en Leipzig.

Antes, el escuadrón amarillo de Blokhin también se vio beneficiado por un fallo arbitral. En el decisimo encuentro ante Túnez de la primera fase, el paraguayo Carlos Amarilla vio una supuesta infracción de Haggui sobre Shevchenko, que el propio delantero del Milan aprovechó. Ese tanto polémico cerró una tarde para el olvido en Berlín, donde los contendientes fueron abucheados de forma estruendosa por los aficionados imparciales.

Ajenos a la tormenta

Los italianos provocaron un espejismo en su estreno ante Ghana (2-0), con uno de los primeros períodos más intensos y ofensivos en lo que va de Mundial. Enseguida, sin embargo, los hombres de Marcello Lippi cayeron presos del catenaccio y dejaron con un palmo de narices a quienes presumían de ver a una Italia más entregada al espectáculo.

Los transalpinos ansían alcanzar las semifinales por vez primera desde Estados Unidos'94. En Francia cayeron en cuartos ante los anfitriones y hace cuatro años fueron atracados en octavos por los surcoreanos. Pretenden demostrar que son impermeables a la tormenta de asuntos extradeportivos que azota su país.

Están rotos y perplejos por el drama del ex juventino Gianlucha Pessotto, quien se arrojó desde una ventaja, se debate entre la vida y la muerte y ha sido visitado por amigos y jugadores de la selección como Del Piero y Zambrotta. Y por más que el juicio se aplace, los azzurri cargan en sus pesados macutos con los escándalos de corrupción y amaño de partidos que impiden poner la mano en el fuego por nadie.

Aunque en este caso están más acostumbrados, también tendrán que superar las críticas por su racanería. Lejos de entristecerse, se las toman como un acicate y presumen de haber encajado sólo un gol en cuatro partidos. «Este tipo de reproches a Italia están siempre de moda. Si nos atacan será porque nos tienen miedo», sostuvo en las últimas horas Nesta, cuya baja por lesión supone un quebradero de cabeza para el atribulado Marcello Lippi. Como se suma a la del sancionado Materazzi, el inexperto Barzagli es la única opción que queda como acompañante de Cannavaro en el centro de la zaga.

En las filas ucranianas lamentan la baja del delantero Andrei Voronin, debido a una lesión muscular. Sin embargo, recuperan a los centrales Rusol y Sviderskyi, sancionados ante los dulces suizos de Kobi Kuhn. Blokhin, quien comenzó con las mismas dudas que sus jugadores pero ya ha encontrado un equipo tipo, se pone la piel de cordero y proclama que «toda la presión es para los favoritos italianos». Al que gane la batalla de la especulación, le espera en semifinales el vencedor del partido entre Alemania y Argentina.