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Las filtraciones de la balsa que abastece de agua a Alcalá asfixian 400 árboles en Los Alcornocales

Los propietarios de la finca afectada reclaman más de 2 millones de euros al Estado por su responsabilidad en los «vertidos incontrolados» de la pantaneta pública Lamentan que la Confederación Hidrográfica y el Ayuntamiento «despilfarren» el agua en una provincia seca y que, encima, provoquen el deterioro del Parque Natural

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A principios de la década de los 90, el Ayuntamiento de Alcalá compró unos terrenos cercanos a El Picacho para que el Estado construyera una balsa que abasteciera de agua potable al pueblo. La pantaneta de El Montero recoge, desde entonces, líquido de los montes de la zona. Y, desde entonces, pierde una parte de ese líquido por las deficiencias de su estructura, mal conservada y con un fondo permeable. Las malas condiciones de la presa han provocado el encharcamiento de la finca en la que está ubicada, en un espacio de máxima protección del Parque Natural, y alrededor de 400 alcornoques han muerto asfixiados por el exceso de agua.

Muchos árboles centenarios ya se han desplomado o han sido cortados, y su madera se apila junto a la balsa. Otras decenas permanecen inertes en la finca Hoyos de Gregorio, sin hojas, sin corcho, e irrecuperables.

La familia propietaria de los alcornoques y de las más de 30 hectáreas afectadas reclama ahora responsabilidades al Ministerio de Medio Ambiente por la gestión de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) en la zona, y también al Ayuntamiento de Alcalá. Lamentan, en primer lugar, la falta de previsión en el diseño de la balsa, que ha llevado al Estado a remodelarla hasta en dos ocasiones provocando el «despilfarro» del agua y el «deterioro de la calidad ambiental» de la zona. «Las administraciones ponen unas exigencias enormes para cualquier actividad en el Parque Natural. Dicen que hay que proteger el entorno pero después no son coherentes en sus propias actuaciones. Y lo que ha pasado en aquí, en esta finca de Alcalá, es un ejemplo», denuncia Cristóbal Díaz, portavoz de la familia afectada.

Pérdida de activos

En la reclamación de responsabilidad patrimonial presentada a Medio Ambiente a mediados de este mes, los propietarios describen la pérdida de los activos de la finca. Además de los árboles, de hasta 400 años de edad, se han extinguido su producción de corcho, la vegetación autóctona y los pastos que alimentan al ganado. También se ha menoscabado el valor paisajístico del entorno.

El informe pericial que acompaña a la reclamación, elaborado por el ingeniero agrónomo Enrique Morillo, valora la reparación global de los daños en más de 2,3 millones de euros. «Para devolver la finca y el Parque Natural sólo a su estado original, habría que limpiar la broza existente, replantar los alcornoques, y aguardar un plazo de treinta años con las pertinentes labores de poda de formación y riego», apunta el estudio.

Los afectados señalan que, si la reclamación interpuesta es desatendida, iniciarán un proceso judicial contra la Administración. En las reuniones mantenidas con los responsables de la CHG y del Ayuntamiento de Alcalá, las instituciones se comprometieron a «realizar una obra de urgencia para arreglar la presa». En agosto de 2005, Medio Ambiente reconocía «la falta de estabilidad e impermeabilidad de la balsa» e iniciaba la actuación. En la zona se acumulan ahora, a la vista de quien se adentre más allá del monte El Picacho,un par de máquinas, varias tuberías y cientos de neumáticos, residuos contaminantes, abandonados .

«Nuestra familia siempre ha colaborado con todos los alcaldes que han pasado por Alcalá y con las administraciones para facilitar el abastecimiento del pueblo. Lo más lamentable es que por su dejadez, y por no querer hacer las cosas bien, se vea afectado el Parque Natural, primero, y nuestro patrimonio familiar», se queja Díaz.