LA GLORIETA

Pezones masculinos

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Acaba de caer en mis manos el interesante best-seller ¿Por qué los hombres tienen pezones? Y digo interesante, a pesar de que a mí me intriga más lo que les falta a los hombres que lo que les sobra. Aunque lo mejor es el subtítulo del libro: Centenares de preguntas que sólo harías a tu médico después del tercer martini. Eso me resulta más sorprendente que lo de los pezones, porque por regla general yo sólo tengo una cuestión que hacerles y que varía dependiendo de si es un médico de la Seguridad Social o privado: «¿Me va a doler?» o «¿Cuánto me va a doler?»

El autor de esta obra, el doctor neoyorkino Billy Goldberg, asegura que el libro surgió de las miles de preguntas y consultas que le hacían durante cenas y reuniones sociales. Eso me recordó a mi amiga L, que es médico y a la que una vez, de copas, le comenté unos síntomas que tenía. «A veces me dan sudores fríos, pero no tengo fiebre y las manos se me ponen moradas». Eso es la gripe del pollo, me contestó L, y estalló en carcajadas y me dejó ahí de una pieza, con mi vaso de tubo en la mano.

Volviendo a Goldberg, cuenta cosas interesantes en su libro, como que los escritorios de cualquier oficina -el suyo, por ejemplo- tienen muchos más gérmenes e infecciones que los inodoros públicos. Ejem. Y respecto a las tetillas masculinas, explica que aunque sólo las mujeres tienen glándulas mamarias, todos los fetos siguen la forma femenina hasta las seis semanas, cuando comienza a manifestarse el cromosoma del sexo. Pero entonces, ya es demasiado tarde, porque el hombre ya tiene desarrollados sus pezones. Menudo varapalo para la virilidad mundial.