CARACTERIZADA. Ana Turpin. / LA VOZ
ANA TURPIN ACTRIZ

«A los actores aún les queda mucho por recorrer para defender sus derechos»

'Amar en tiempos revueltos' se despide hoy de TVE para regresar con nuevos personajes

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Ana Turpin (La Coruña, 1978) es Andrea Robles, la protagonista de la serie diaria Amar en tiempos revueltos, que hoy se despide de TVE 1 hasta la próxima temporada. Los nuevos capítulos recrearán España hasta 1950 y algunos de los actuales protagonistas seguirán diferentes caminos. La buena acogida que ha tenido entre el público, con una media superior a los dos millones de espectadores y una audiencia del 21%, llevó a los productores de esta historia de amor entre una joven de la alta burguesía y un obrero de padres republicanos ambientada en la posguerra a alargar en un primer momento el guión hasta los 200 capítulos. Y hace unos días confirmaron su regreso. Pero Turpin, cansada de tanto rodaje y caracterización, deja en el aire su continuidad.

-De Andrea Robles, su personaje, dicen que ha quedado la imagen de una mujer libertaria.

-Eso es lo que he querido, aunque al principio algunos telespectadores no lo han comprendido. Me decían: «Hija, si tienes un marido tan guapo, tan bueno, ¿por qué te vas con otra persona?»... He tratado de interpretar un personaje puro de sentimiento y eso conlleva que haya espectadores que no lo entiendan, porque al ser tradicionales les asustan los cambios.

-Se la ve contenta después de 200 capítulos.

-He trabajado con los mejores guionistas y el plantel de actores era de primera. En contra está el formato de la serie. Al ser diaria exige muchas horas de trabajo, 12 cada día, una disciplina grande y un desgaste físico y emocional. Después están las manos de los productores, que quieren sacar el máximo rendimiento en el menor tiempo posible.

-O sea, que les han exprimido.

-Sí, tanto a los actores como al equipo técnico. Pero hay que asumirlo porque es un problema de fondo, pasa en mi profesión y en todas. Al actor aún le queda mucho camino por recorrer para defender sus derechos.

-Pero la telenovela ha sido un buen escaparate para usted.

-Ha sido un escaparate de lujo porque había calidad, porque el guión estaba muy elaborado y la historia tenía contenido.

-¿Ya han llamado a su puerta?

-Algo hay, pero es pronto para dar detalles. Después de haber interpretado este personaje tan intenso y cargado de historia no pretendo hacer ahora algo light, sino un personaje de calidad.

-¿Seguirá usted en la serie?

-No lo tengo claro. El guión tenía un principio y un final. Estoy esperando a que me manden el nuevo para leerlo, pero no sé. Volver para dejar mi personaje en mal lugar no me gusta. En ocasiones las cadenas estiran el producto si ven que funciona y cuando estiras tanto acabas por romper la cuerda.

-¿Y el resto del plantel de actores, Sancho Gracia, Pilar Bardem...?

-Algunos tienen claro seguir y otros no, y hay terceros que tienen la necesidad de hacerlo. No es mi caso, porque he estado trabajando mucho y he ahorrado dinerillo. No obstante creo que hacer 200 capítulos más no sirve para aprender sino para ganar dinero. A mí, en cambio, me mueve más el sentimiento de aprendizaje.

Proyectos de futuro

-Además de interpretar, le gustaría dirigir.

-Es cierto. Me gusta el cine experimental, las tecnologías. Manejo textos de denuncia con un toque de humor negro. Todo desde un mundo irreal con el que la gente pueda soñar.

-¿Quién le metió el gusanillo de la interpretación?

-Mientras estudiaba gemología sacaba un dinero extra como modelo publicitaria. Fue en la agencia donde me animaron a que fuera actriz. «Eres muy natural, no tienes miedo a las cámaras», me decían. Lo intenté y estaban en lo cierto.

-¿Le gusta la exposición pública de su imagen?

-No es que me guste, sino que entonces lo concebía como una forma de ganar un dinero de manera fácil y divertida. Nunca me han importado los cambios de imagen porque siempre me ha gustado jugar con mi cuerpo. De hecho, la interpretación es una forma de seguir jugando de mayor.