Absurda incompatibilidad
Actualizado: GuardarHay incompatibilidades inexorables en política, como las que debe impedir las colisiones entre la actividad pública y la privada de un mismo ciudadano. Pero muchas otras no tienen sentido: ¿por qué, por ejemplo, ha de ser incompatible la cátedra y el escaño? Viene esto a cuento de la noticia de que Aznar ha tenido que dejar su puesto como Consejero de Estado porque ha aceptado la oferta de Murdoch de convertirse en consejero de su imperio empresarial. ¿A qué obedece esta incompatibilidad? ¿Acaso Aznar no podría seguir poniendo su experiencia al servicio de la sociedad española? ¿En qué colisionan los asuntos internos de nuestro país con la marcha de una gran compañía extranjera de medios de comunicación? Hay puritanismos destructivos, y éste es uno de ellos.