Al-Maliki presenta al Parlamento su plan de reconciliación nacional
Actualizado: GuardarEl primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, presentó ayer ante el Parlamento un plan de reconciliación destinado a los grupos insurgentes y que prevé una amnistía para quienes «no tengan las manos manchadas de sangre». Con tono enérgico, Al-Maliki se dirigió en la presentación de su iniciativa de 24 puntos principalmente a los rebeldes liderados por los suníes, que protagonizan la mayor parte de los atentados.
La iniciativa, la primera desde el derrocamiento hace 39 meses del régimen de Sadam Husein, incluye la promesa de una amnistía para gran parte de los detenidos por su pertenencia a grupos rebeldes, en un paso que Al -Maliki espera que ayude a la minoría suní a integrarse en el proceso político y ponga fin a los ataques.
Sin embargo, el jefe del Gobierno, uno de los dirigentes del partido chií Al-Dawa, insistió en seguir con su política de lucha contra el terrorismo y contra aquellos que intentan conducir al país hacia una guerra civil sectaria. «Habrá una amnistía para quienes no participaron en los actos criminales y terroristas ni en los crímenes de guerra y contra la humanidad», afirmó Al- Maliki, que añadió que «aquellos contra los que no poseamos pruebas de sus delitos deberán ser liberados de inmediato».
El plan incluye la apertura de un diálogo con las fuerzas multinacionales para negociar su retirada gradual, aunque el mandatario chií no mencionó fecha. Además, incluirá algunas medidas para reintegrar en la legalidad a los miembros del Partido Baas, cuya prohibición dejó a miles de personas en la ilegalidad, que les empujó a unirse a la insurgencia.
El jefe del Gobierno insistió en que la continuación de la violencia diaria es un hecho que «hay que afrontar con firmeza». A los que persistan en la rebelión, Al- Maliki les indicó que su oposición al proceso político será inútil ya que el programa del Gobierno es muy claro, e insistió en que no tienen otra alternativa más que dejar las armas.
Rama de olivo
«Presentamos una rama de olivo a aquellos que quieran unirse al proceso de paz (pero) también presentamos una ley enérgica a los que continúen oponiéndose a este proceso (...) No habrá reconciliación para los criminales responsables de la muerte de iraquíes hasta que no reciban su castigo», señaló.
El plan de reconciliación insta, además, a disolver las milicias armadas de los partidos políticos.
Sin embargo, a este respeto, Al- Maliki no especificó las medidas que adoptará su Gobierno para acabar con esas fuerzas que imponen su propia ley en muchos barrios y ciudades del país.
Mientras, al menos trece personas murieron ayer y otras 26 resultaron heridas en varios ataques de la insurgencia. Tres iraquíes perecieron por la explosión de un coche bomba en el centro de Bagdad y otros cuatro fallecieron por un acción rebelde a 125 kilómetros al norte de la capital.