LLENO. Imagen de la zona del hotel Fuentemar habilitada para el sorteo.
Chiclana

La casa de sus vidas

Los vecinos de la barriada del Carmen volvieron a vivir momentos de alegría y tristeza con el sorteo de 78 Viviendas de Protección Oficial

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El sorteo de 78 viviendas en la barriada del Carmen por parte de la empresa municipal de suelo, Emsisa, vivió el pasado jueves un nuevo episodio de sonrisas y lágrimas entre los cientos de asistentes que se acercaron hasta el hotel Fuentemar para vivir en directo una rifa que en algunos casos ha cambiado la vida de quienes tenían una oportunidad única de conseguir un hogar. En una tarde de muchísimo calor, las dos viviendas para minusválidos eran las primeras en entrar en el sorteo.

Treinta fueron los aspirantes y sólo dos, además de un reserva, los que podrían disfrutar de esas casas. José Rodríguez fue uno de ellos. Este joven chiclanero sufre una minusvalía total debido, principalmente, a la enfermedad de Parkinson que sufre y su nombre fue el primero en salir. «Con la proporción que había era muy difícil que me tocara», confesaba emocionado minutos después.

Su satisfacción era máxima ya que este día le cambiará por completa la vida. «Va a suponer que pueda vivir de manera más holgada», además de no suponer ningún problema para desenvolverse por la nueva vivienda. «Tengo la ventaja de que está adaptada para mis problemas de movilidad», comentaba feliz, «deseando ya» que le den las llaves.

Un caso similar es el ocurrido con Ana Bustamante, una de las agraciadas en las viviendas para menores de 35 años. «Estamos muy contentos», resaltaba. Actualmente, Ana duerme junto a su marido en una pequeña cama en casa de sus padres, y además tienen a un bebé de pocos meses que mantener.

Por tanto, sabe que esto es el comienzo de un gran paso en lo que será una nueva etapa en su vida. «Esto supone bastantes cambio, va a ser todo diferente», afirmaba feliz e impaciente a que llegue el momento de la entrega de llaves. «A ver cuando me dan las llaves y nos podemos ir».

La otra cara de la moneda la ofrece la tristeza de no haberlo conseguido por cuarta vez. Es el caso de Javier que venía con pocas ilusiones y que se fue con menos. «No tengo suerte», indicaba, «ya no se lo que tengo que hacer para que me toque una casa, pero seguiré intentándolo».

Sin duda, son ejemplos de lo que supone un sorteo de Viviendas de Protección Oficial para quienes no tienen otra forma de conseguir una casa. Una oportunidad única de alcanzar el sueño de tener una vivienda a un precio inigualable.