Zapatero recuerda al PP que aún no se ha iniciado el diálogo con ETA y pide sosiego
El presidente reconoce que no ha hablado con Rajoy sobre el inicio de contactos con la banda y afirma que «todavía no se ha entrado en la fase decisiva»
Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero pasó por alto el emplazamiento de Mariano Rajoy para que confirmase o desmintiese si llegó a compromisos con ETA antes de la declaración del alto el fuego del pasado 22 de marzo. El presidente del Gobierno reclamó «sosiego» ante el último comunicado de la banda terrorista ya que, como el proceso «va a ser largo y va a exigir tiempo», no es posible «hacer cada día una valoración» de todo lo que sucede y se dice.
El jefe del Ejecutivo compareció en el palacio de La Moncloa junto al presidente argentino, Nestor Kirchner, y aunque fue preguntado de forma directa sobre las eventuales obligaciones que pudo contraer con ETA antes del cese de actividades, no contestó. Zapatero prefirió pedir «perspectiva» para analizar el texto de la organización terrorista en su justa medida.
El mutismo de Zapatero se sumó al que mantuvieron otros miembros del Ejecutivo, ya que nadie dio respuesta a los interrogantes planteados Rajoy sobre los presuntos compromisos contraídos como contrapartida a la declaración del alto el fuego. Fuentes gubernamentales se remitieron a las palabras de la víspera del ministro del Interior, quien indicó que los únicos compromisos gubernamentales son con el Estado de Derecho.
Con los representantes de la organización, reiteran desde La Moncloa, se acordó un procedimiento, que es el que está en marcha -alto el fuego, verificación y apertura de contactos-, y nada más. Ni se habló de presos ni de armas ni mucho menos de contrapartidas políticas y así se lo transmitió Zapatero a Rajoy, aseguraron los portavoces gubernamentales.
El presidente del Gobierno en sus escuetas respuestas junto a Kirchner precisó que «aún no se ha entrado en la fase decisiva» del proceso de paz, la del «diálogo» con ETA, y, por tanto, las fuerzas políticas deben actuar con «tranquilidad» y «trabajar cada día en la tarea de alcanzar el fin de la violencia». Subrayó que tres meses de alto el fuego, que se cumplían ayer, son «un dato significativo» de las intenciones reales de ETA.
Tarea de país
Explicó que ahora su objetivo es «sumar el máximo número de voluntades políticas» y de «la opinión pública» que avalen el inicio del diálogo. Consideró imprescindible incorporar la mayor cantidad de apoyos, no sólo políticos, al proceso de paz porque lograr el final de la violencia es «una tarea más de país que de Gobierno», y esta idea «la comparte la inmensa mayoría de los ciudadanos».
Zapatero reveló que aún no llamado al líder de la oposición para acordar los términos de su comparecencia en el Congreso para anunciar el comienzo de los contactos con ETA. Esa intervención ante la Cámara tampoco tiene una fecha fijada, aunque el jefe del Ejecutivo ratificó que será en junio, pero se reservó el día porque primero quiere informar a los grupos parlamentarios.
Antes de que interviniera el presidente del Gobierno, el ministro de Justicia pidió en el Congreso no dar «pábulo» a los comunicados de ETA porque de esa manera lo único que hace es «alentar el discurso» de la organización terrorista. El ministro de Justicia salió al paso de las exigencias del partido opositor para que el Ejecutivo aclare qué compromisos adquirió con ETA, pero evitó satisfacer sus reclamaciones. Juan Fernando López Aguilar reclamó un cambio de rumbo en el PP porque su discurso ante el proceso de paz es «absolutamente impropio e indigno» del principal partido de la oposición.
El ministro reclamó al partido opositor «contención y mesura» en estos momentos porque lo que el Gobierno necesita es «lealtad y confianza» en su forma de gestionar el proceso de paz. Recordó asimismo que el Ejecutivo es el encargado de dirigir la lucha antiterrorista.
El titular de Justicia manifestó además que así como ETA ha declarado un alto el fuego, el Estado de Derecho no ha dejado de actuar para perseguir a los terroristas, y puso como ejemplo el último golpe al aparato de extorsión encargado de gestionar el llamado impuesto revolucionario. El Gobierno, agregó, combate a los terroristas «en todos los frentes».