JOYAS. Vistas de dos de los moluscos perforados encontrados en los yacimientos de Argelia e Israel. / SCIENCE
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Las joyas del abuelo jurásico

Dos científicos encuentran en Argelia e Israel conchas de molusco perforadas hace 100.000 años, la primera bisutería en el mundo

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Usar adornos se consideraba hasta hace poco una costumbre relativamente reciente: habría aparecido en Europa hace unos 40.000 años, poco antes que las primeras muestras de arte rupestre. Esa visión eurocéntrica del origen del pensamiento simbólico recibió, sin embargo, un duro golpe en 2004. Un grupo de arqueólogos encontró, en la cueva sudafricana de Blombos, 41 conchas de molusco perforadas que se habrían utilizado como adorno hace 75.000 años. Hoy, dos de aquellos investigadores anuncian en Science el hallazgo de tres piezas similares, pero 25.000 años más antiguas.

Los homínidos evolucionaron en África entre hace 5 y 7 millones de años, y nuestra especie -el Homo sapiens- dio sus primeros pasos en la actual Etiopía hace unos 200.000 años. Lo hizo sin artes plásticas, sin música, sin adornos... «Nuestro trabajo respalda la idea de que los humanos físicamente modernos desarrollaron esos comportamientos en África muy pronto, al menos en algún grado», dice Francesco d'Errico, del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) francés.

Él y Marian Vanhaeren, de la Universidad de Londres y el CNRS, participaron en el hallazgo de Blombos y ahora han encontrado las cuentas de 100.000 años que respaldan la idea de que la mente moderna emergió poco a poco, en vez de explotar de repente en Europa. Tras el descubrimiento de Sudáfrica, los dos estudiosos se propusieron dar con pruebas de joyería primitiva en otros lugares. Para ello, buscaron en colecciones de museos y así fue como hallaron las conchas perforadas de los yacimientos de Skhul, en Israel, y Oued Djebbana, en Argelia. Corresponden a ejemplares de Nassarius gibbosulus, una especie de caracol marino muy parecida a la de Blombos -aquella era Nassarius kraussianus-, que vive en aguas poco profundas y que únicamente se encuentra en el Mediterráneo central y oriental.

La muestra de Skhul y de Oued Djebbana es muy pequeña, pero los dos yacimientos están lejos del mar y la presencia de las conchas no puede explicarse por procesos naturales. Además, su comparación con piezas recogidas en playas del Mediterráneo ha permitido a los investigadores establecer que las conchas con un solo agujero en el centro son muy raras y que debieron de ser perforadas por el hombre para un uso simbólico.