Brasil cambia de traje

La triste y deprimente imagen que Brasil ha ofrecido en sus dos primeros partidos obliga a Carlos Alberto Parreira, en su séptima Copa del Mundo, a tomar medidas. Sin ningún tipo de confirmación oficial, todo apunta a que la 'canarinha' lucirá esta noche un traje nuevo ante la Japón de su compatriota 'Zico'. No sólo por las tarjetas, los problemas físicos y el cansancio que agobian a varios de sus jugadores, sino también porque el técnico ha detectado la necesidad de revitalizar a una desconocida selección, que pese a las múltiples polémicas que le han rodeado ya está en octavos de final.

El partido en el Westfalenstadion de Dortmund se presenta como una reválida para los 'pentacampeones'. Después de los 'tortazos' que le ha sacudido la exigente 'torcida' y la severa Prensa, a Brasil le ha llegado la hora de despertar. No sólo tiene que ganar -eso va en el 'sueldo'- sino que debe brillar. Los aficionados ya no aguantan más y se resisten a que lo del 'jogo bonito' se quede en un mero reclamo comercial. De momento, en Alemania sólo se ha visto en minúsculas ráfagas. Y lo ha hecho gracias a Kaká, que del criticado 'cuadrado mágico' es el único vértice salvable (Ronaldinho, Adriano y Ronaldo andan perdidos), a Fred y a Robinho.

Precisamente, el madridista podría ser una de esas novedades que incluiría Parreira para terminar de condenar al conjunto nipón. De hecho, la Prensa brasileña ha ensalzado la labor de Robinho a pesar de que sólo ha disfrutado de dos ratos, siempre como recambio de Ronaldo. «En apenas 18 minutos fue más eficiente que en los 72 anteriores: se acercó más a la portería, tuvo más finalizaciones y aumentó el dominio del balón», comparó 'Jornal do Brasil' a los dos jugadores blancos. Pero el 'Fenómeno', como le conocen en su país al delantero centro del Madrid para diferenciarle de Ronaldinho, no parece que vaya a tener que dejar la alineación a pesar de que la Prensa clama por su suplencia. El sacrificado sería Adriano, autor del primer tanto ante Australia el domingo. También Emerson y Cafú podrían ver el encuentro desde el banquillo. En su lugar, entrarían Gilberto Silva o Juninho, y Cicinho, respectivamente.

Definir su identidad

En principio, éstas son las soluciones que el técnico sudamericano propondrá esta noche. Pero nada es seguro. Parreira no acostumbra a dar la alineación y menos ahora con las constantes reprobaciones a su labor. Él se defiende. «El mejor espectáculo que se puede ofrecer en una Copa del Mundo es ganar», reivindicó para luego añadir que ha conseguido una solvencia y efectividad en defensa nunca antes conocida en la 'selecçäo'; de momento, Dida marcha imbatido.

Eso, sin embargo, no sirve a la hinchada. Y los jugadores, que esquivan la palabra «relajación» pese a estar ya en octavos, saben que hoy tienen que comenzar a definir su identidad. Es decir, saber acertar con la tecla correcta para, por fin, recuperar ese juego mágico que se presupone que Brasil debe realizar a partir de ahora. Y es que Italia puede esperar en octavos de final.