PAN Y CIRCO

¿De qué escribo?

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Cádiz, la ciudad que sonríe. ¿Qué buen lema se le ha escapado a nuestro presidente para la campaña de captación de socios recién empezada! Aquí bajamos a Segunda y montamos una fiesta en el Carranza y un homenaje en el Elcano, este último en plena negociación por los locales del Fondo Norte y su compensación económica a quien resulte ser el verdadero titular de tales derechos. Y a renglón seguido, se pretenden 16.000 abonados sin ofrecer nada a cambio, aunque, todo hay que decirlo, con una considerable rebaja en los precios de los carnets que es de justicia reconocer y agradecer.

El gaditano, conformista por naturaleza salvo en Carnaval, sonríe ante la pérdida de empleos en su ciudad o ante el encarecimiento de sus escasos pisos, por poner dos ejemplos. Y de igual forma, espera con alegría que, de una vez por todas, no se tarde una hora en entrar en Cádiz, o que anuncien la construcción de la, tantas veces prometida, multiusos. Mientras, llena una portátil y sigue sonriendo al pasar por delante de unos doscientos antitaurinos, defensores de la no violencia con los animales a base del lanzamiento de huevos, los insultos, la acumulación de sacos de piedras o el rallado de los vehículos aparcados . ¿Curiosa forma de manifestarse! Ya sé que me he ido por las ramas y que debo hablarles del Cádiz, pero comprenderán que poca o ninguna inspiración puede tener el firmante cuando lo único que ha leído en el último mes es que el Cádiz ha renovado a Bezares y que Solano no entra en el proyecto de la entidad, amén de que, y esto sí que da risa, «los fichajes están parados por culpa del Mundial». Tampoco voy a escribir todas las semanas sobre el Trofeo, cuando la desidia de políticos, periodistas y ciudadanos permite, un año más, el negocio particular de una mercantil y la defenestración de la gran fiesta del verano, por lo que, como yo no vivo de esto, no persistiré en ser el Pepito Grillo de nuestro presidente. Así que, una semana más y, periodísticamente hablando, este que está aquí coge las vacaciones. El ciclista español se hizo con el triunfo final en la Vuelta a Asturias a la vez que dio muestras de encontrarse en un gran momento de forma que podría llevarle a lograr algún otro triunfo esta temporada.

Imbuido en pleno espíritu mundialista, el jugador alemán le pegó un buen puntapié a un balón de baloncesto durante el quinto partido de las series finales de la NBA, una actitud que le ha supuesto una multa de 5.000 dólares.