«Antonio y Ángel son totalmente diferentes»

-¿Es muy exigente con sus hijos?

-A mis hijos no les tengo que exigir nada porque saben como soy y hacen las cosas tal y como saben que a mí me gusta. No obstante, son conscientes que el profesional que lleva una empresa tiene que exigir.

-Uno por uno, ¿cómo es el mayor de los dos, Antonio?

-Es muy meticuloso en todo lo que hace. Cuando está en Cádiz está siempre encima de la gente que trabaja con él y cuando se encuentra fuera no para de mandarles correos electrónicos para ver como van las cosas. Pone orden con razones y tiene muy unido a su grupo de trabajo.

-Si tuviera que decir un defecto de él, ¿cuál sería?

-Si tuviera que señalar algún defecto de él sería que lo veo que es demasiado perfeccionista.

-Bueno, ¿y cómo es Ángel?

-Es totalmente diferente a su hermano. De sobra, es el que más entiende de fútbol de los tres porque desde siempre le ha gustado.

-Y en el trabajo, ¿cómo es?

- Humilde, sencillo y sobre todo muy trabajador. Desde antes de que entrara en el club hace ya tres años siempre ha querido colaborar. Tiene un gran compañerismo ya que no tiene reparos en hacer el trabajo que no le compete directamente a él. No le gusta que le traten diferente por ser quien es. Se esfuerza en aprender día a día. De hecho, ahora está estudiando unos cursos de gestión deportiva para en un futuro llevarlo a la práctica aquí.

-Por sacar algún defecto, ¿cuál sería?

-Por no delegar el trabajo a nadie hace muchas veces las labores que no son la del jefe de material.

-¿Cómo se ha llevado en casa el palo del descenso?

-Para mí fue muy duro ver a mi hijo Ángel en Getafe sentado en el suelo y llorando. Más tarde, y a fuerza de trabajo, hemos ido recuperándonos.