CUARTO DE PALABRAS

Un punto

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Era otro viento. Después de tantos días echaba de menos el levante. Eran las doce de la noche, iba para Puertatierra y el semáforo de Canalejas me paró en su rojo para que advirtiera un contenedor de Acciona, desarrollo sostenible. A cuenta del viento yo estaba con García Márquez, pero lo abandoné un momento por Marx, «Inteligencia militar son dos términos contradictorios». Desarrollo sostenible... Dicen que esos contenedores dan de comer a mucha gente... A mi izquierda, en la parada junto a la verja, del Uno habían bajado tres o cuatro personas y una de ellas cruzó por delante del coche, un hombre. No llevaba soplete (¿quién pasea con un soplete a esas horas?). Ni su vestimenta era de soldador (también eso daba de comer a mucha gente). Alguien con una camisa grana y pantalón negro, es camarero. Su andar cansino le delata (además, qué coño, lo conozco). Otros profesionales son más ágiles. Los inmobiliarios siempre van corriendo, presienten que en cualquier momento algún Caruana les va a pinchar la burbuja (pffffffffff, al carajo el negocio), su comer, también. Pero un camarero... Cómo va a andar el que está todo el día de pie y lleva a cuestas el peso de la economía de la ciudad (eso dicen).

En unos días llegará julio y ya no cruzará el semáforo a esta hora... A esta hora estará sonriendo. Curiosa profesión, comen, pagan las trampas, viven, del placer de los demás (como las prostitutas. Pero andan distinto). A esta altura me adelantó el otro día un cartel a toda velocidad (eso con el carné nuevo son lo menos tres puntos), «Cádiz, la ciudad que sonríe» se lo llevaba el levante; por eso me estaba acordando de García Márquez, en Macondo llovió cerca de cinco años. Con uno sólo que soplara aquí el levante se llevaría todas las sonrisas carteleras... Los camareros cambiarían el paso y tendríamos que desenterrar el soplete. Aunque sólo serviría para encender el pebetero. El pebetero... Para esto si viene bien el levante, revoluciona al profesional de la idea. También tiene que comer. Unos días más de levante y habríamos tenido ideas hasta el 2112. El pegou ha parido doce (del tirón) y la oposición la Plaza del Mar. Allí estaba yo (curioso, en medio). Un coche de la Local frenó a mi lado y el poli me señaló el semáforo (joé, verde), «Obstruir el tráfico, eso es un punto...» Más razón que un santo, vaya punto (...también van a comer unos pocos a cuenta del punto).