Economia

El déficit exterior de la economía se acerca al 11% del PIB

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El déficit exterior de la economía española no para de crecer y, en volumen, representa ya el 10,7% del producto interior bruto (PIB), una cifra bastante preocupante para la mayoría de los expertos económicos. En el primer trimestre de 2006 este desequilibrio en los intercambios financieros, comerciales y de rentas con el exterior alcanzó los 24.500 millones de euros, un 36% más que en el mismo período del año pasado. Los principales culpables volvieron a ser el incremento del agujero de la balanza comercial y el retroceso del superávit turístico.

Los síntomas del enfermo siguen siendo malos, pese a que el Gobierno confía en que su crisis sea temporal: mantiene su tesis oficial del que el elevado déficit por cuenta corriente (exterior) responde al crecimiento «notable» de la economía, que «hace que importemos más». Los datos avalan en parte esta explicación, pues el PIB avanzó un 3,5% entre enero y marzo, lo que animó las compras en el extranjero -un 20% más para un total de 61.564,6 millones-. Las exportaciones también mejoraron, aunque algo menos -un 16,8% (42.783,3 millones)-, lo que permitió evitar un alza mayor en el déficit comercial, que aún así se elevó casi un 28% hasta los 18.781,3 millones (un 8,2% del PIB).

El gasto del turista

En la balanza de servicios, el retroceso de su saldo positivo continúa en aumento mes tras mes (lleva casi cinco años perdiendo peso). Hasta marzo perdía ya un 69%, y se situaba en apenas 1.089 millones frente a los 3.500 largos que registraba hace un año. Jugaron en contra tanto el recorte importante en el gasto de los turistas extranjeros en España (un 7,6% en el primer trimestre, y eso que su número de llegadas aumentó poco, hasta los 9,6 millones), que se redujo a 6.532,7 millones, como el fuerte impulso de los pagos hechos por los españoles en sus viajes a otros países, que crecieron un 18,3%.

En el resto de capítulos de la balanza de pagos, en rentas y transferencias persistió el desequilibrio de meses anteriores -hasta marzo, su resultado negativo conjunto suponía casi el 3% del PIB, si bien la segunda logró reducirlo de forma leve-, debido a la moderación paulatina de los ingresos procedentes de la UE -que redujo un 30,7% el superávit de la cuenta de capital- y al crecimiento de los pagos asociados a las remesas de inmigrantes. En consecuencia, la economía española aumentó casi un 40,5% su necesidad de financiación, que se situó en 23.728,7 millones (el 10,4% del PIB).