ANÁLISIS

No hemos ganado nada

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No conoce nada a Luis quien piense que la exhibición futbolística del miércoles le va a perturbar su concentración. Ni un ápice. Y, por supuesto, no va a permitir que sus jugadores crean que se puede vivir del recuerdo del partido. «Eh, chicos que no hemos ganado nada...», comenzará a repetir a jugadores y periodistas.

Y tiene razón, no se ha ganado nada. Se ha dado un paso y por delante queda un maratón. Por supuesto que es mejor continuar la carrera con el convencimiento de que las piernas responden a la cabeza, pero este equipo está obligado ahora, ante Túnez y Arabia Saudita, a repetir lo del miércoles. No ya los cuatro goles, pero sí el estilo, la intensidad, la confianza. Sólo así llegarán al cruce de octavos convencidos de sus posibilidades. De que saben y pueden, porque lo de querer se da por hecho.

De lo que más orgulloso se sentía ayer el seleccionador era de que la España futbolística se pueda haber dado cuenta de que tenía un plan, una idea, un concepto táctico a poner en práctica y que todo lo que ha trabajado desde que aceptó el cargo puede estar en el camino adecuado. Luis es un hombre abierto a todos los gustos futbolísticos y le molesta que algunos sólo hablen de una forma de concebir este juego y no acepten los demás.

Siempre ha sido siempre un enamorado del juego de contragolpe, porque, tanto como jugador como técnico, le condujo a la victoria. Pero no desprecia nada. Cuando en las últimas semanas metió en ese 'turmix' que tiene por cabeza todas las alternativas manejadas en los últimos meses, se dio cuenta de que con los hombres que tiene, con sus características técnicas y físicas, lo más lógico era apostar por esta carta.

Tácticamente tiene preparadas otras formas de juego. No descarta volver a jugar con dos extremos, como en toda la fase de clasificación hasta la repesca. O con uno y esa «banda muerta» de la que tanto habla. O con dos medios centros. O con uno y cuatro medias puntas por detrás de una referencia ofensiva... Y hasta con tres centrales y los dos laterales más avanzados... Pero a lo que no quiere renunciar, y así se lo exigirá a sus hombres y mucho más ahora que han demostrado que pueden, es a tener una personalidad propia, a llevar el peso del partido, a tener el balón, a buscar la victoria... aunque te rompan la cara. En definitiva a tener un estilo. Y vestirse siempre de la misma manera.