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El 'efecto Jaidi'
El milagroso gol del fornido central tunecino ante Arabia Saudí alimenta las esperanzas del próximo rival de España
Actualizado: Guardar«Las condiciones son difíciles, España es un líder fuerte, pero no hay que rendirse nunca. Carecimos de la continuidad necesaria ante Arabia Saudí, pero el gol de Radhi Jaidi valió un punto que nos da vida. Lucharemos hasta el último minuto del duelo ante Ucrania». Con su técnico, el francés Roger Lemerre, a la cabeza, los tunecinos alimentan sus esperanzas de clasificación en el efecto que tiene el milagroso tanto que evitó su derrota en el duelo entre los dos equipos más débiles en teoría del Grupo H.
«Nos descentramos tontamente y ante España no podemos repetir estos errores», asume Jaidi. A falta de fútbol, el central del Bolton Wanderers ejemplifica las virtudes que Túnez opondrá ante la selección de Luis Aragonés. Jaidi, de 30 años, es un tipo rocoso y agresivo, que intimida al rival con su altura (192 centímetros) y su peso (82 kilos). Con su potencia y habilidad en el juego aéreo, se convierte en un arma ofensiva. Atrás, sin embargo, es lento y puede sufrir lo indecible ante dos flechas como Torres y Villa.
Túnez, campeón de África hace dos años pero goleado en la última edición por Egipto (4-1), al que recientemente derrotó España en Elche, ofreció ante los saudíes un repertorio de sus contradicciones. Comenzó sólido, compacto, bien situado, capaz de conectar con su móvil ariete Jaziri, elegido mejor jugador del choque de Múnich porque marcó el primer tanto, propició el empate, fue valiente y se entregó al máximo.
Distracciones
Pero en la segunda mitad Túnez se distrajo, se confió, perdió el control del balón y regaló unos espacios impensables cuando un equipo se coloca en ventaja en un certamen de alto nivel. «Ha sido nuestro peor partido en los últimos años», confiesa Jaziri. «Para lo mal que jugamos, el punto es bueno», matiza el ex racinguista Nafti. Si los saudíes les hicieron dos goles y por momentos les bailaron, es lógico pensar que España, si no se fía y juega desde la humildad, puede y debe superarles.
«Empezamos bien, pero sin confianza. Nuestro primer gol nos dio aliento, pero no suficiente. Luego se impuso la inteligencia saudí, nos faltó agresividad y nos quedamos con la sensación de no haber abierto aún la puerta. Tenemos un punto pero España es líder en solitario. Es una lástima», sostuvo, ya más pausado, el 'sargento' Lemerre; el único técnico campeón de Europa y de África y que ahora quiere sacarse la espina de su sonoro fracaso con Francia en el pasado Mundial de Corea y Japón. Él y sus jugadores firmarían con los ojos cerrados un empate ante la selección de Luis Aragonés, el próximo lunes en Stuttgart, para jugárselo todo en un choque a vida o muerte ante Ucrania, en Berlín.
Perseguido por las lesiones, ya que dos de sus jugadores tuvieron que abandonar antes de tiempo la concentración, la suerte de Túnez depende de poder recuperar al delantero de origen brasileño Santos. Lesionado, tiene muy complicado jugar contra España.
Lemerre era pesimista. «No creo que juegue el próximo partido», reconoció. El técnico no da tregua y ayer retomó los entrenamientos en Shweinfurt. Después de lo visto en su estreno, los tunecinos no tienen tiempo que perder si no quieren verse apeados en la primera fase, lo mismo que les ocurrió en sus tres anteriores presencias mundialistas.