El vestuario sueco firma la paz para su partido decisivo

Lars Lagerback se ha empeñado en proyectar una imagen idílica del ambiente que se respira en el seno de la selección sueca. El técnico ha tratado de restar importancia a la bochornosa actuación que su equipo firmó ante la débil Trinidad y Tobago, pero lo cierto es que el empate sumado en la primera jornada del Mundial ha dejado muy tocado a su grupo, hasta el punto de que Olof Mellberg y Freddie Ljungberg -que ya se liaron a golpes en un entrenamiento previo al pasado Mundial de Corea y Japón- estuvieron a punto de llegar a las manos nada más certificarse el ridículo. En este contexto, el partido que hoy enfrenta a Paraguay y Suecia (21.00 horas), que resultará decisivo para las aspiraciones de ambas selecciones en su lucha por conseguir una de las dos plazas del Grupo B que dan acceso a los octavos de final, ha sido interpretado por los futbolistas suecos como una oportunidad perfecta para aparcar sus diferencias, hacer grupo y redimirse de su triste actuación en su debut en la Copa del Mundo de Alemania.

Todo Suecia es consciente de que es imposible lograr algo importante en un Mundial con un vestuario dividido. Pero ha tenido que ser el incombustible Henrik Larrson el que se ha encargado de poner cierto orden en un vestuario que amenazaba con explotar. El ex delantero del Barça provocó una reunión con sus compañeros y arrancó un compromiso a Ljungberg y Mellberg: los dos jugadores enfrentados prometieron que su mala relación no afectará al rendimiento del equipo en los próximos partidos.

Y es que tanto suecos como paraguayos saben perfectamente que sus opciones de progresar en el torneo pasan por el encuentro de hoy. La derrota de Paraguay ante Inglaterra (1-0) ha dejado a los sudamericanos al borde del alambre. Una derrota les obligaría a hacer las maletas y con un empate dependerían de otros resultados. Por eso, el seleccionador Anibal 'Maño' Ruiz ha preparado un equipo más ofensivo, con las bajas de Justo Villar y Delio Toledo, para tratar de superar a un combinado sueco que, con la novedad de Isaksson en la portería, una vez recuperado de una leve conmoción cerebral, intentará contrarrestar las duras críticas recibidas por su juego poco elaborado y por su falta de imaginación.