Alemania se tiñe de negro, rojo y amarillo
Con motivo del Mundial, toda la nación se ha contagiado de un sentimiento patriótico como no se veía hace décadas
Actualizado: GuardarLas banderas están en todas partes y nadie tiene vergüenza de lucirlas. Están en los coches, en los balcones, en las tiendas, en los restaurantes y en los bares. Alemania, gracias al campeonato mundial de fútbol, se ha teñido de negro, rojo y amarillo, los colores de la bandera del país con un entusiasmo nunca antes visto en el país.
Jóvenes, adultos, ancianos, políticos y hasta los serios ministros del gobierno federal, se han contagiado con un nuevo sentimiento de orgullo nacional, que durante décadas fue aplastado voluntariamente por la nación, a causa de la pesada carga histórica que heredó cuando el imperio que debia durar mil años sucumbió ante los aliados Más de 60 años después del fin de la segunda guerra mundial y casi 16 años después de la histórica unificación del país, los alemanes perdieron la vergüenza de lucir en publico sus símbolos patrios y ya no ocultan el orgullo que sienten por su país y por su bandera. El nuevo fenómeno nacional nació el viernes pasado en Munich, cuando las calles de la capital bávara fueron el primer ejemplo del nuevo patriotismo alemán.
Cada segundo coche que circulo en las calles de Munich después de la victoria de la selección alemana contra Costa Rica, lucia una bandera alemana y el grito «Alemania, Alemania» retumbó en la ciudad con una potencia que asombró a los visitantes extranjeros. Fue el comienzo de una fiebre nacionalista que tiene en estado de éxtasis a la nación.
«Es imposible imaginar una mejor ocasión que un campeonato mundial para mostrar la bandera alemana», dijo Klaus Wowereit, el popular jefe del gobierno de Berlín, que solo se desplaza acompañado con una pequeña bandera de su país «Encuentro fantástico como los aficionados muestran sus simpatías por el equipo. Por eso, yo también hago lo mismo», añadió el político socialdemócrata
Ayer, varios coches blindados y con placas del gobierno recorrieron las calles de la capital adornados con una bandera del país y la secretaria de estado del ministerio de Medio Ambiente, Astrid Klug, adornó con una bandera la bicicleta que utiliza para desplazarse en el barrio cívico de la ciudad.
«De donde viene nuestro nuevo y hermosos sentimiento nacional?, se interrogó el periódico BILD, el más leído de todo el país. La respuesta la dio Matthias Matussek, un famoso periodista y escritor. La gente ha reconocido que la Copa Mundial les ofrece una primera y gran oportunidad en sus vidas para rechazar todos los prejuicios que existen contra nosotros y mostrar que el orgullo nacional no es algo oscuro y diabólico, sino algo natural, liviano y que se puede celebrar», escribió Matussek en las paginas del BILD.
La fiebre nacionalista también contagió a los jóvenes integrantes de la selección alemana que creen que una dosis saludable de orgullo nacional es esencial para que el equipo tenga éxito en la cancha y pueda seguir marcando los goles que enloquecen a la nación.
«Necesitamos una gran dosis de patriotismo para ser exitosos», dijo Christoph Metzelder, uno de los defensas de la selección el lunes pasado en Berlín, al constatar la explosión de banderas y entusiasmo patriótico que reina en Alemania desde el viernes pasado.
«En Dortmund volveremos a mostrar lo que ya hicimos en Munich: cuando suene el himno nacional, los jugadores depositarán sus brazos en los hombres de sus compañeros,. Seria una hermosa imagen si nuestros aficionados hacen lo mismo desde la tribuna».
El nuevo orgullo nacional que reina en el país también contagió a los 20 agentes de policía de Berlín, que después de la primera victoria de la selección, adornaron sus vehículos oficiales con banderas, una inédita iniciativa patriótica, que fue censurada casi de inmediato por el máximo jefe del organismo. «Incluso durante la celebración de la Copa del Mundo, los agentes tienen el deber de no mostrarse como aficionados de la selección alemana», escribió Dieter Glietsch, en una circular que fue repartida en todas las estaciones de policia de la ciudad y donde exigía una absoluta imparcialidad a sus subordinados.
El rigor profesional del jefe de la policía de Berlín despertó una furiosa ola de críticas contra el funcionario y, tanto la prensa de Berlín como varios políticos calificaron la prohibición como demasiado exagerada. «La bandera no atenta contra la obligación de ser neutrales. Los policías deben tener el derecho, estipulado en la Constitución, de poder utilizar la bandera del país», señaló, Kart Georg Wellemann, un diputado federal de la CDU.
Mientras llega la contraorden, el periódico de Berlin, BZ, publicó ayer varias fotos de policías con la cara cubierta con los colores negro, rojo y amarillo. «Asi no pueden ser reconocidos y castigados», señalaba el periódico, en un artículo de portada destinado a defender el derecho de los agentes de ser igual de patriotas y nacionalistas como el resto de la nación.