PARREIRA. El técnico consuela a un Ronaldo con semblante serio tras sustituirle por Robinho. / EFE
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La noche más negra de Ronaldo

Envuelto en numerosas polémicas durante la concentración, el delantero fue sustituido en el minuto 70 tras una decepcionante actuación

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Hace sólo cuatro años, en el Mundial de Corea y Japón, Ronaldo era la estrella más brillante en el poblado firmamento de Brasil. Era una astro que irradiaba una luz cegadora y que, después de superar una grave lesión de rodilla, llegaba a la Copa del Mundo dispuesto a ocupar el trono que consagra al mejor futbolista de la tierra.

Mucho han cambiado las cosas para el delantero del Madrid en estos cuatro años. Sigue siendo un jugador que concentra las miradas y suscita polémicas allá donde va, pero, si de lo que se trata es de jugar al fútbol, no cabe duda de que su caché se ha devaluado sensiblemente. Una pérdida de galones que quedó ayer claramente de manifiesto en el debut de la 'canarinha' en el Mundial. Antes de llegar al minuto 70, Carlos Alberto Parreira le sustituyó por Robinho en medio de una sonora pitada. Un cambio que hubiese sido impensable hace sólo unos años y que sirvió para rubricar una de las peores semanas en la vida futbolística de Ronaldo, que, como también le sucedió a Ronaldinho, ayer sufrió un férreo marcaje por parte de los defensores croatas que apenas le permitió entrar en contacto con el balón.

La sustitución no hizo sino evidenciar que Ronaldo no ha llegado a este Mundial en óptimas condiciones. Y es que la polémica ha acompañado al delantero merengue desde que Brasil empezó la concentración previa al Mundial. Primero fueron una heridas en los pies que mantuvieron en vilo a todo el país; después se le acusó de salir con algunos compañeros hasta altas horas de la madrugada y, por último, incluso llegó a polemizar con el presidente brasileño, Luiz Inazio Lula da Silva, sobre si estaba o no demasiado gordo. Demasiadas discusiones para centrarse completa y exclusivamente en marcar goles.