GOLEADOR. Costa de Marfil necesita al mejor Drogba para dar la campanada. / REUTERS
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La escuela de los 'elefantes'

Costa de Marfil tiene suficiente calidad para convertirse en la sensación del Mundial; Drogba es el héroe nacional

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La historia futbolística de Costa de Marfil comenzó a escribirse hace siete años, cuando los dirigentes del Asec de Abiyán, el club más prestigioso del país africano, decidieron convocar para la final de la Supercopa del continente negro a un puñado de adolescentes desconocidos y sin ningún tipo de experiencia. El equipo había dado la campanada al proclamarse campeón del torneo equivalente a la Champions europea y sus principales figuras 'huyeron' a Francia y Bélgica para hacer carrera. El Abiyán no fichó jugadores para afrontar la nueva temporada, sino que se nutrió de una academia de talentos creada meses antes con el objetivo de formar a las promesas de la comarca. Hasta el rival de la Supercopa, el Espérance de Túnez, se sintió agraviado por tener que jugarse el título ante un conjunto de jugadores con cara de niño.

Los novatos obraron el milagro en un partido memorable -hasta sus propios aficionados les habían dado la espalda-, en el que derrotaron (3-1) a los tunecinos en la prórroga. Levantaron el trofeo jugadores que entonces eran anónimos y que hoy constituyen parte de la columna vertebral de Costa de Marfil, uno de los debutantes de este Mundial: Kolo Touré (central infranqueable del Arsenal), Didier Zokora (jugón del Saint Etienne), Yapi Yapo (media punta del Young Boys) y Dindane (delantero cazagoles del Lens). Aquella fotografía sirvió para que el fútbol, hasta entonces un deporte callejero en el país, adquiriera otra categoría. Muchos equipos copiaron el ejemplo del Abiyán y levantaron escuelas que sirvieron para descubrir el potencial de numerosos 'elefantes', el apodo del combinado marfileño.

Los futbolistas citados constituyen el eje de la selección dirigida por el francés Henri Michel. Aportan la experiencia de un equipo que se completa con la elegancia y la calidad de Yaya Touré (23 años), hermano de Kolo que ha despuntado en el Olympiacos griego, la velocidad endiablada de Eboué (lateral del Arsenal pretendido por media Europa) y la explosividad del delantero del Chelsea Drogba, el héroe nacional. La veneración de sus compatriotas logró algo inimaginable antes de la celebración de la Copa de África, cuando unas pocas palabras del ariete lograron parar durante unos días la guerra civil que asola al país del cacao. Durante dos semanas, los musulmanes del norte y los cristianos del sur descargaron sus armas y firmaron una paz temporal para sentarse frente al televisor y animar a los suyos.

Es probable que el conflicto bélico se detenga también hoy durante dos horas para que los combatientes puedan ver el debut de su selección ante Argentina. El entrenador suele manejar varias opciones en el once inicial en función del rival, pero hay dos futbolistas que son básicos: Yaya Touré y Drogba. Los marfileños siempre tratan de despejar el centro del campo para que el gran pasador maniobre a su antojo. Touré siempre tiene en su punto de mira al delantero del Chelsea, el alma mater de los marfileños. Los 'elefantes' son muy disciplinados cuando las cosas les funcionan bien, pero también son muy anárquicos cuando el partido se tuerce. Pero siempre 'bailan' con el balón en sus pies.